Esa es la pregunta que me hacía hoy una señora que había dado por finalizado hace unos meses su tercer matrimonio.
La señora y yo no nos conocemos de nada, pero tenemos una amiga en común que nos ha hecho coincidir en una comida informal.
El caso es, que la señora en cuestión es una completa desconocida que en la hora y media que ha durado la reunión me ha puesto al día de toda su vida sentimental; que por otro lado, y según cuenta, es de lo mas intensa y rocambolesca.
Como digo, toda la conversación ha sido una sucesión de dramas, historias de amor, pasión, desenfreno y dependencia.
Durante la hora y media yo no he hecho otra cosa que escuchar, sin abrir la boca y analizando todo lo que esta mujer relataba.
Increible me parece que, a la edad de 40 años, con un trabajo precario, tres hijos y una reciente ruptura sentimental, la principal ambición de alguien sea encontrar un nuevo novio que alivie los ultimos tres meses de "sequía".
Así, cuando me ha hecho la dichosa pregunta, no he podido evitar decir que "no". Y aunque haya tenido mis más y mis menos, mi experiencia más trágica no se acerca ni de lejos a nada de lo que esta mujer ha contado.
Curioso ha sido su comentario: "Ya te llegará"
A lo que, quizá precipitádamente, he contestado: "Dudo que mi amor propio lo permita, yo me quiero mucho"
Y puede que llegue ese día en que sufra por amor. Pero no de esa manera tan enfermiza, dependiente y obsesiva. Y sobre todo, que posible, pero no seguro.