Febrero 22, 2005

Dos cuerpos a la deriva

Sus piernas temblaban incansables. Un escalofrío de angustia le recorría el espinazo y acababa en un pensamiento de desenfreno que invadía hasta el último apéndice de su cuerpo. Frente a él una cama de sábanas con reflejos plateados y pomposos almohadones.

Sobre la cama estaba ella, las gotas de sudor dibujaban su silueta femenina y su cabello quebrado en multitud de finas tiras de pelo vestía su espalda. Su respiración era intranquila e iba acorde con el latir de su corazón mientras por su espalda resbalaban delicadas gotas de pasión. Ese era el momento sobre el que tanto había leído en libros en los que siempre acababa con una lágrima encaramada a su pestaña y con su labio inferior contenido por sus dientes, para no acabar gritando de desesperación.

Solo tenían 18 años, nada más. Todo lo que sabían era que se querían, y todo lo que querían era poder quererse. Él era rubio, su pelo estaba sostenido en el aire en una especie de cresta mientras dos finos mechones de pelos caían dóciles sobre su frente, sus ojos eran enormes de un color marrón opaco que en ese momento mantenían un estremecimiento constante fruto de la situación. Su cara era fina, de rasgos egipcios y mandíbula marcada. Su cuerpo era escuálido y su piel era casi albina, hacía poco había superado su enfermedad. Un año del que solo recuerdo la voz de Laura, ese era su nombre tan solo cinco letras que indicaban el principio y el fin de su pequeño y oscuro mundo y que le animaban a salir del mundo de sombras que vestían su realidad e invadían sus sueños.

Ella era guapa, a pesar de que se empecinaba en pensar lo contrario, tenía el pelo castaño y siempre lo llevaba recogido en una coleta alta. Sus ojos eran enormes y profundos de un color verde aceituna con leves pinceladas azules, aunque su nariz era algo respingona y su sonrisa no era perfecta ambos detalles la hacía aún mas delicada, y no conseguían desembellecer una cara de suntuosas curvas. Su piel era morena y su figura era atlética, con largas piernas de contornos seductores. Ella deseaba ese momento desde el primer día que fue a visitar a Raúl al hospital y reconoció en su mirada a su gemela.

Tantas horas de desesperación, tantas lágrimas asfaltando su camino, tantos minutos de silencios y palabras de animo que se perdían en el eco de la fría habitación de aquel Hospital. Cuyo nombre no creo poder compartir por que solo con pronunciarlo mis dedos se confunden y podría acabar por hablaros sobre mi, algo que no estoy del todo seguro que os vaya a gustar.

Todo lo pasado ya era nada. En aquella destartalada habitación de motel, con cuadros donde la pintura no era más que un adorno y lámparas bajas que no alcanzaban a iluminar más allá de la humedad del techo. Allí, entre aquellas cuatro paredes de color verde chillón, donde si quiera el tren de los sueños paraba a recoger algún alma perdida, ellos creyeron rozar el verdadero cielo de Madrid.

Él se acercó confuso hacia el borde de la cama. Estaba completamente desnudo, sus manos temblaban en silencio y su cuerpo emitía un gemido mudo de deseo. Ella le esperaba tumbada, con su mirada fija en él y su labio inferior contenido en un mordisco del que incluso brotó una gota de sangre. Él se sentó junto a ella, al borde de la cama y se quedó inmóvil a causa del miedo. Ella se incorporo paciente, mientras marcaba su espalda con dulces mordiscos que acabaron en un abrazo de dos cuerpos perdidos a la deriva.

Lo que empezó en un inocente abrazo se convirtió en un apasionado beso y una imparable explosión de sensaciones reprimidas. Sentándose a horcajadas sobre él se convirtió en la chica salvaje que nunca había sido. Durante unos momentos Raúl no reconoció a la mujer que le besaba totalmente poseída y que de algún modo conseguía destrozar todas las barreras de su razón dejando libre al animal que dormía en él. En algún momento mientras estuvieron alejados aquella niña inmadura de gesto inocente se había convertido en una mujer con rasgos juveniles y aspecto calmado pero con una fiera indomable en su interior.

Laura desató su deseo y olvidó tantas historias de novela para conseguir vivir la suya propia. Él despertó sobresaltado y deseo volver siempre a recuperar aquel precioso sueño […].

Escrito por DUDO a las 12:03 PM | Comentarios (0)

IMPORTANTE

POR MOTIVOS DE SEGURIDAD SE HA CREADO UN NUEVO DISPOSITIVO. CONSISTE EN ESCRIBIR EL CÓDIGO CORRESPONDIENTE TRAS ESCRIBIR EL COMENTARIO, EN SU DEBIDO LUGAR, Y DESPUES DARLE A ENVIAR. DISCULPAD LAS MOLESTIAS. MUCHAS GRACIAS

Escrito por Nachinator a las 12:26 AM | Comentarios (0)

Febrero 17, 2005

Tan sólo un minuto

Se abrieron las puertas de aquel lugar extraño y temeroso donde gracias a Dios no solía frecuentar mi presencia. Eché un vistazo a lo que por un momento iba a ser mi refugio. Había mucha gente, gente que no conocía, personas que paseaban por los largos pasillos, personas que estaban sentadas en aquellas sillas tan simples e incómodas... Habían caras tristes, de alegría, nervios, consuelo, llantos, risas, amor, cariño, desesperación y sobretodo incertidumbre...

Cada vez que avanzaba por aquel lugar mi corazón se estremecía más y más...

A lo lejos conseguí ver un ascensor que me llevaría a mi destino, la habitación 612. Subí acompañada de dos señoras contándose las desgracias de sus maridos, mientras mis ojos se humedecían por momentos y empezaba a estar realmente nerviosa. Aguanté el tipo. Las señoras se bajaron y yo continué hasta la planta 5. Las puertas se abrieron, resoplé y levanté la cabeza gacha que me acompañaba durante la subida. Salí del ascensor y miré hacia los lados para ver algún cartel que me indicase donde podría encontrar aquella habitación.

Hacia la izquierda debía ir..caminé un poco por aquel pasillo que me pareció ser eterno...habitación 610; 611; y .....ufff, volví a resoplar y me dispuse a llamar a la puerta..cuando una voz me sorprendió:

-¿ Se puede saber a qué has venido? -

Estaba segura de que esa voz la había oído antes, pero no conseguía identificar de quién era, me di la vuelta y allí estaba... Sin duda era ella, un rostro difícil de olvidar pese a haber cambiado desde la última vez que lo vi.

- Tan solo he venido a ver como está- contesté firme y dolida por aquel recibimiento.

- Pues está igual, así que ya te puedes marchar- dijo la joven poniéndose delante la de la puerta de la habitación, y mirándome con cara de pocos amigos.

Entonces una vez más, tuve que tragarme mi orgullo y suplicar a la mujer que ocupaba el corazón de mi amado que me permitiese el paso. Vi como en sus ojos había duda, no quería dejarme pasar pues sabia lo que ese muchacho y yo habíamos vivido juntos. La verdad es que ella no era quién para impedirme el paso, pero no consideré oportuno ponerme borde en esos momentos. Más bien todo lo contrario, supliqué para que me dejase pasar y tras varias lágrimas que se derramaban por mis mejillas ella accedió diciéndome: “ Tan solo un minuto”.

¿ Qué diríais vosotros a una persona a la que jamás volveréis a ver, en tan solo un minuto? Mi pensamiento daba vueltas... ¿ debía decirle que le seguía queriendo como el primer día? ¿ debía reprocharle el inmenso daño que me hizo? ¿ debía contarle cómo me sentía? ¿ debería decirle que se despertase pronto y que fuese feliz con esa chica?.... ¡Rápido! Tan solo tenía un minuto y tantas cosas que decir que no sabía por donde empezar.

Me acerqué temerosa a aquella cama de sábanas blancas donde se encontraba, rodeado de tubos y máquinas, con flores y bombones en la mesilla... Las lágrimas inundaban mis ojos...no sabía qué hacer, qué decir. ¿ Podría oírme? ¿ Sentiría mi presencia? Le agarré cuidadosamente de la mano, acaricié su bonita cara y sin poder remediarlo no pude parar de llorar, ya que sabía, que aquel sería el último momento en que mis ojos verían su rostro.

El tiempo se terminaba y tras un beso sentido en su mejilla le dije desde lo más profundo de mi corazón: “Te quiero”.

De pronto la puerta comenzó a abrirse y un ruido estrepitoso me sobresaltó.. piiiiiiiiiiii....era ese maldito despertador recordándome que debía ponerme en pie para comenzar un nuevo día, un nuevo día sin mi amor.

Escrito por techu a las 08:33 PM | Comentarios (0)

Febrero 16, 2005

El hombre más sabio que jamás conocí me había explicado en una ocasión que no existía en la vida experiencia comparable a la de la primera vez en que uno desnuda a una mujer. Sabio como era, no me había mentido, pero tampoco me había contado toda la verdad. Nada me había dicho de aquel extraño tembleque de manos que convertía cada botón, cada cremallera, en tarea de titanes. Nada me había dicho de aquel embrujo de piel pálida y temblorosa, de aquel primer roce de labios ni de aquel espejismo que parecía arder en cada poro de la piel. Nada me contó de todo aquello porque sabía que el milagro sólo sucedía una vez y que, al hacerlo, hablaba un lenguaje de secretos que, apenas se desvelaban, huían para siempre. [...] Mil veces he querido regresar y perderme en un recuerdo del que apenas puedo rescatar una imagen robada al calor de las llamas. Bea, desnuda y reluciente de lluvia, tendida junto al fuego, abierta en una mirada que me ha perseguido desde entonces. Me incliné sobre ella y recorrí la piel de su vientre con la yema de los dedos. Bea dejó caer los párpados, los ojos y me sonrió, segura y fuerte.

- Hazme tuya- susurró.

Tenía diecisiete años y la vida en los labios.

La sombre del viento

Escrito por Nachinator a las 09:28 PM | Comentarios (0)

Febrero 13, 2005

Una noche maravillosa...y otra llena de lágrimas

Por fin se acabaron los exámenes y como no..ya bastaba de estar recluida en casa...Ella y yo nos fuimos de bailoteo por Torre Europa, una noche magnifica, espléndida..y por supuesto divertida, cada minuto que pasaba era mejor que el anterior, risas, ligues, recuerdos...Todo era estupendo...que si nos invitan a copas...que si bailamos juntos, que si vamos a tal sitio...

El Marqués, Roberto y Martín estaban locos pero eran geniales, supieron hacernos reir durante toda la noche, y lo mejor de todo, hicieron que volviese a recuperar la ilusión que creía perdida desde hacia ya tiempo, gracias a ellos y a mis amigos, volví a sentirme útil e importante en esta vida...y olvidé la desdicha que me acompañaba cada día al despertarme...

Todo en esa noche es digno de recordar...y creerme cuando os digo que no lo olvidaré...el cambio de sentirte inútil y sola...a saber que a personas que no conoces les puedes interesar...ver como tus amigos, como ellos se llamaban, se alejan cuando los necesitas...y vienen muchachos de la calle para devolverte la felicidad...

Sin duda fue un viernes maravilloso repleto de cosas dignas de mencionar pero no lo haré porque no quiero aburriros con mis historias...Sin embargo, os contaré que en la noche del sábado, allí estaba yo dispuesta a comerme el mundo, me sentía bien conmigo misma, estaba contenta, y quería pasarlo genial con mis pocas amigas...y así fue, hasta que apareció él...aquel muchacho que durante tanto tiempo formó parte de mi vida...con el que había vivido tantas cosas y para él ahora yo era transparente...lo único que le interesa es descubrir la forma de cómo hacerme más daño...y lo que no sabe..es que su presencia ya duele...Una noche que se planeaba estupenda vi como se escapaba entre mis manos...

Supongo que os parecerá tonto que escriba estas cosas..y más aun viendo lo “peazos” escritores que estáis hechos...sin embargo yo solo quería dejar constancia de algo que he aprendido...Nunca debemos cerrarnos las puertas a la vida, porque no sabemos lo que nos deparará el futuro... tras largo tiempo he me dado cuenta de que ese muchacho no merece ni una más de mis lágrimas..y que aquellos que presumían de ser mis amigos demostraron con creces que no lo son..y sin embargo estoy feliz, porque he descubierto quienes son verdaderamente las personas que me quieren y que se que pase lo que pase no me dejarán, por ello, quiero dar las gracias a todos aquellos que durante este tiempo con su granito de arena han conseguido formar una montaña y sacarme del pozo en el que me encontraba...Gracias a todos y espero no haberos aburrido mucho!!

Escrito por techu a las 04:51 PM | Comentarios (0)

Febrero 09, 2005

las palabras cobran vida...

Era ya casi medianoche cuando llegamos al portal de su casa. Habíamos hecho casi todo el camino en silencio, sin atrevernos a decir lo que pensábamos.

Caminábamos separados, escondiéndonos el uno del otro. Bea caminaba erguida y yo la seguía a un palmo, con su sabor en los labios. [...] Las últimas horas habían transcurrido en otro mundo, un universo de roces, de miradas que no entendía y que se comían la razón y la vergüenza. Ahora, de regreso a aquella realidad qeu siempre acechaba en las sombras del ensanche, el embrujo se desprendía y apenas me quedaba el deseo doloroso una inquietud que no tenía nombre. Una simple mirada a Bea me bastó para comprender que mis reservas apenas era un soplo en la ventisca que se la comía por dentro. Nos detuvimos frente al portal y nos miramos sin hacer ni amago por fingir.

- A lo mejor prefieres que no volvamos a vernos-ofrecí sin convicción.
- No lo sé, Daniel. No sé nada. ¿Es eso lo qué tu quieres?
- No. Claro que no. ¿Y tú?

Se encogió de hombros esbozando una sonrisa sin fuerza. [...]

- ¿Cuándo voy a verte otra vez?
- No lo sé , Daniel.
- ¿Mañana?
- Por favor Daniel, no lo sé.

Asentí. Me acarició la cara.

- Ahora es mejor que te vayas.
- ¿Sabes al menos dónde encontrame, no?

Asintió.

- Estaré esperando.
- Yo también.

Me alejé con la mirada prendida de la suya. Esperé hasta que Beas hubo entrado en el edificio y partí a paso ligero, volviendo la vista atrás a cada paso. Lentamente, me invadió la certeza absurda de que todo era posible y me pareció que hasta aquellas calles desiertas y aquel viento hostil olían a esperanza. Al llegar a la plaza Cataluña advertí una bandada de palomas se había congregado en el centro de la plaza. Lo cubrían todo, como un manto de alas blancas que se mecía en silencio. Pensé en rodear el recinto, pero justo entonces advertí que la bandada me abría paso sin alzar el vuelo. Avancé a tientas, observando cómo las palomas se apartaban a mi paso y volvían a cerrar filas tras de mí. Al llegar al centro de la plaza escuché el rumor de las campanas de la catedral repicando la medianoche. Me detuve un instante, varado en un océano de aves plateadas, y pensé que aquél había sido el día más extraño y maravilloso de mi vida.

Escrito por Nachinator a las 11:47 PM | Comentarios (3)

Febrero 06, 2005

A ELLA...

Vale, por una vez no tengo ni idea de cómo empezar o como plantear lo que tengo que escribir, porque por primera vez lo tengo que decir y no solo enviar. Soy completamente inútil para expresar todas las cosas que quiero decir cuando hablo y aún se me hace más complicado cuando unos ojos arrebatadores me miran y me desconciertan totalmente. Espero que escribirlo me ayude, para ser capaz de hilvanar toda la retahíla de frases que tengo que decir, sin que se convierta en un monologo pesado e ininteligible. Y que al mismo tiempo no se quede en mi habitual balbuceo absurdo.

No se que me ha llevado a escribir contra ti, puede que no me hayas hecho nada. Tal vez solo hayas seguido instrucciones, tal vez todo tuviera que ocurrir así, tal vez solo me quieras hacerme compañía con tu solitario abrazo. Puede que pienses que soy un tonto por intentar escribirte aún sabiendo que no existes, pero te siento tan cerca que creo que estás leyendo lo que escribo a medida que las palabras confluyen en mi cabeza. Incluso creo que tú me estás dictando las palabras con susurros entremezclados con mi aire.

Soñé que dormía el día que te miré a los ojos. Soñé que soñaba con un ángel cuando recordaba tu nombre. Soñé que nunca despertaba cuando tú no desaparecías. Y de repente descubrí que no soñaba sino que vivía. Vivía un sueño con una sonrisa de deslumbrantes perlas, vivía en un sueño con ojos color miel. Pero cuando descubrí la dulce golosina de la realidad, saboreé el amargo caramelo de la despedida. Mi vida se convirtió nuevamente en un oscuro sueño relegado al deseo. Mis preguntas quedaron sin respuesta grabadas en el alma hasta la eternidad.

Los meses pasaron y yo fui guardando mis besos en el último cajón para un día devolvértelos. Los años siguieron y el silencio se diluyó en monotonía mientras todo lo que de ti sabía no eran más que anécdotas de la memoria. Soñaba que te veía, soñaba que te tenía, soñaba que me querías pero luego siempre despertaba. Ahora los sueños si eran lo que parecían ser y mis ángeles quedaban en las noches más profundas cuando de nuevo eran esos ojos de color miel los que me sonreían. Y ahí reapareciste, comenzaste a ocupar todo lo que quería, todo lo que tenía.

No quiero darte pena, dios me libre mi vida, pues de la tristeza solo tú eres la dueña. Nada más quiero poder dirigirme a ti, dejar de buscarte entre mis sábanas deshechas, mi pelo revuelto, mis dedos atolondrados, mis suspiros de angustias, mis lágrimas verdaderas, mis nervios de miedo, mis rencores de seda, mis enemigos de sueños, mi aire de canela, mi alma sin sombra, mi piel sin rostro. Quiero encontrarte, ponerte nombre. Que mejor manera que nombrarte sobre un papel en blanco, entre la pureza de los trazos de tinta que lo recubrirán para siempre. Copar de palabras el vacío del folio. Frases que un niño dentro de mí entonará confuso, cada vez que no consiga lo que anhelo o no salga de estas cuatro paredes que cuartan mi ansiada libertad y vuelva a ti para que me envuelvas con tu abrazo helado. Mis palabras las marcan los tiempos tristes y mi pluma está guiada por sentimientos encontrados de olvido y negación, cariño y aflicción.

Al fin lo he encontrado, te he puesto un nombre. No se si te gustará, pero es el que mejor te define. Soledad, así te llamaré, nombre de mujer sin dueño y esquiva entre las sombras, que me acompaña en cada uno de mis pestañeos.

Tengo la espalda para llevarte siempre acuesta, mis manos para poder acariciarte, mis lágrimas para hacerte feliz y mis palabras para herirte. Quiero ver tu llanto de arena brotar entre mis paredes. Conseguir escuchar el sordo sonido de tus lágrimas que rebotan contra el suelo. Quiero que desaparezcas, todo es demasiado complicado y no puedo compartir una vida contigo, pues solo sería un papel en blanco.

Ahí te dejo mi niña, relegada al abandono de la soledad, desplazada a tu propio olvido. Te beso en la mejilla y te pido que me olvides, quiero dejar de ser juguete entre tus pasos. Sé feliz por tu parte, que yo lo intentaré ser por la mía. Mi habitación estará siempre habitada por tu esencia, e incluso dejaré la puerta encajada para que algún día vuelvas. Se paciente cariño, pues este niño volverá a recordarte pero esta vez no dejará que le abraces.

Adiós mi cielo, te relego al olvido con esta carta dirigida sólo a ti. Tú la única destinataria, tú mi única SOLEDAD.

Escrito por DUDO a las 07:54 PM | Comentarios (1)

No todo es lo que parece

Una vez alguien me dijo que no puedes amar a nadie si no te amas a ti mismo. No sé cuanta razón tendrá en esto, a mi parecer mucha, pero aún así creo que muchas veces es difícil quererse cuando las cosas no van bien.
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Los días se repiten uno tras otro, y en una constante lucha por poner la mota particular en cada uno de ellos, el esfuerzo es en vano pues pasa totalmente desapercibido.
Es duro ver como tu bolsa de regalos se va vaciando poco a poco y tu pequeña huchita a penas se llena con unos baratos céntimos de personas menos indicadas.
Es duro, y no solo eso, injusto que te roben el corazón y dejarte las manos vacías que frotas intensamente a ver si consigues algo de calor que te abrigue en las duras tardes de invierno.
Es duro no medir distancias y sentirte medido.
Es duro sonreír y ser devuelto con un gesto inexpresivo.
Es duro tomar una mano y no sentir que el otro la toma, tan sólo la deja ahí esperando a que eso le lleve a alguna parte.
Es duro recibir un beso lleno de sentimientos vacíos.
Es duro ser uno mismo y no ser correspondido.
Es, simplemente duro, vivir una vida que intentas vivir de día mientras otros sólo quieren verte de noche.
Es duro amarse a uno mismo cuando nadie te da razones.
Es duro amarse a uno mismo cuando no tienes tiempo.
Es duro amarse a uno mismo cuando sencillamente, no puedes.

Escrito por Nachinator a las 12:12 AM | Comentarios (7)

Febrero 01, 2005

Y, aunque solo fuese durante un momento, decidio volar...

"Y nadando por los sentimientos de aquella nube, sintiendome extraña por invadir su intimidad, despertando sentimientos ocultos y creando otros nuevos que jamas habia sentido, descubri que la vida me estaba dando, de nuevo, otra oportunidad...Y decidi darle las gracias"...

En un dia sin nombre, en una hora sin numeros, sentada frente a la pantalla atisbe, no sin miedo ante lo nuevo, la oportunidad que tenia enfrente...¿Como no la vi antes?

Las cosas han cambiado, el corazon se arruga pensando en el pasado, soñando despierto con volver a jugar con ella en el patio de aquel colegio, con las tardes inundadas de un sol grisaceo iluminadas con nuestras risas; con aquel amor que sintio por primera vez, una espina que se clava bajo un sentimiento no correspondido; aquellos dias en los que el corazon se emocionaba imaginando, construyendo y soñando con el futuro, dibujando con el pensamiento la silueta de las personas que ansiaba encontrarse...El corazon se arruga y encoge, se pierde por la oscuridad y no puedo encontrarlo..

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Sin embargo una nube vino cargada de esperanza y me hizo ver que una nueva oportunidad estaba aqui, dispuesta a que me subiese en su lomo para hacerle ver a mi corazon que podia volver a vivir nuevas tardes soleadas, o quizas mañanas, a su lado;que podia volver a sentir ese primer amor dia a dia, hinchandose, bajo el sentimiento correspondido;que las siluetas dibujadas habian tomado forma real, dispuestas a acompañarle...
Y entonces mi corazon decidio arriesgarse. Y dejo atras los temores. Y decidio aprovechar la oportunidad de continuar la historia, creando un nuevo futuro, viviendo un nuevo presente...

Gracias a ti, solete, por seguir estando a mi lado para vivir estas nuevas tardes, tal vez no en un banco tomando el sol...Pero te prometo que seran soleadas...
Gracias a esas siluetas que por fin tomaron forma. Mi corazon, inconsciente, os echaba de menos...
Gracias a ti, por consentirme, tirar de esa cuerda dia tras dia, por ser mi amigo y compañero y por quererme sin condicion...
Tal vez el corazon se arriesge mucho volando tan alto...La caida seria dura...Sin embargo hoy decido disfrutar del vuelo, aprovechar la oportunidad, y mientras dure, aunque solo sea un instante, ser feliz...

Gracias a esa nube que me mostro tanto sin saberlo...


Escrito por arita a las 02:30 PM | Comentarios (2)