Octubre 29, 2004

MI FUTURO

Lentamente la taza vuelve a posarse sobre la mesa. Mis venas se resquebrajan en silencio en un grito de nerviosismo angustioso. Una pregunta se hace eco en mi cabeza - ¿Será cierto? –. La incertidumbre vuelve a mi mirada que es el fiel reflejo de unos profundos ojos negros de rasgos agitanados que hay frente a mí. Ella dice que puede leer mi futuro en los posos que dejó mi antes humeante taza de té y que ahora son los destellos de un porvenir desconcertante.

No se del todo si creerla. Sin embargo de manera inconsciente deseo que comience con sus predicciones. Puede que todo esté escrito. Tal vez no sea yo el que rige su propio destino. Es posible que aquella mujer de ropas rasgadas por un invierno devastador me vaya ha decir la verdad.
En su cara se dibuja la experiencia de toda una vida en forma de arrugas que engrandecen una belleza, que años atrás no hubiera tenido discusión; y sus labios algo deshechos por el paso del tiempo parecen no poder decir mentiras. Sus arrugadas manos vuelven a sostener temblorosas aquella taza de té que ahora parece contener las piezas cifradas de un puzzle. El puzzle tiene como imagen mi vida, algo que comienza a resultarme fascinante.
- ¿Quieres que comience?-. Me pregunta con voz pausada aquella adorable gitana. - Puede que no deba seguir -, me dice una voz proveniente de mi cabeza, - tal vez lo que te cuente no sea lo que quieras oír -, me replica la misma molesta vocecilla. Sin embargo, la parte más inquieta de mi conciencia prefiere saber más; desea seguir resolviendo el enigma de mi devenir.
Finalmente me veo sorprendido por mis propias palabras que contestan afirmativamente a la pregunta de aquella encantadora anciana. Enseguida ella se vuelve a poner manos a la obra y comienza a mirar en el interior de aquella taza, de color blanco con el borde dorado y un poco resquebrajado, donde parece dibujarse mi futuro.
- Tú has sufrido mucho – me dice sin apartar la vista del interior de la taza. La verdad es que en eso lleva mucha razón. No se porque extraño motivo todo parece salirme mal. Tal vez sea porque nunca he sido un chico con mucha suerte en la mayoría de los aspectos, pues siempre que las cosas me iban bien pasaba algo que lo echaba todo abajo. En unas ocasiones fue mi soberbia, al creerme invencible a su lado, otras veces fue mi pereza, por no conseguir marcar su número por mucho que me apeteciera, también tuvieron que ver en algo mi gula, por quererla entera para mi, mi envidia, a su propia piel por llevarla siempre pegada, mi ira, contra los amantes que poblaban las fotos de su pasado, mi avaricia, porque enterraba las promesas que nunca le di y mi lujuria por solo querer verme entre sus brazos.
Yo siempre he creído que soy un chico normal, de pelo moreno con los ojos grandes de color marrón claro, o de eso intento convencerme, con la cara alargada y mofletes pellizcables que son el entusiasmo de cualquier abuela. Puede que lo más destacable sean dos pequeños hoyuelos que aparecen junto con mi sonrisa y tal vez lo único que haya podido ofrecer durante toda mi vida hayan sido mis palabras.
- No estés nervioso, esto no va a dolerte – me dice preocupada la especie de pitonisa que tengo frente a mí, mientras a tientas busca con su mano izquierda la mía y acaba por posarla sobre ella. Sus manos rugosas tienen un tacto suave y agradable, sus dedos parecen piedras pulidas por el tiempo. El ambiente parece haberse empapado del hedor añejo que desprende aquella misteriosa anciana. No resulta en ningún caso desagradable en realidad es relajante. Tanto, que poco a poco me dejo envolver por él mientras me acomodo en aquella desgastada silla de plástico negro sobre la que mi cuerpo ahora yace dormido.
Aparezco frente a una chica. Sólo adivino a ver sus ojos que son enormes de un color verde esmeralda. Parece estar hablándome entre susurros mientras observo su mirada cristalina que acaba por dejarme petrificado. De repente abro los ojos, no recuerdo en que momento los había cerrado, en un acto reflejo he tirado de mi brazo hacia mi para deshacerme del suave tacto de aquellas arrugadas manos que parecen el único vínculo entre mi yo presente y el futuro.
- ¿Quién era ella?- Pregunto alterado a aquella mujer.
- No se muy bien de quien se trata, tu futuro sólo me ha dejado ver sus ojos -. En ese instante mi genio se desata. Acabo de enamorarme de unos preciosos ojos, unos misteriosos ojos, que pertenecen a mi futuro, pero en realidad no se si pertenecen a un devenir inmediato o lejano. Es angustioso. Mi boca se reseca, mi lengua se traba, mis pulmones se obstruyen. Necesito aire.
Sin aire vuelvo a dejar caer mis párpados y otra vez noto las suaves caricias, casi hipnóticas, de aquella misteriosa gitana sobre el reverso de mi mano.
Estoy caminando por una calle desierta. A lo lejos el sol comienza a alzarse rojo en un amanecer de exquisitos destellos que acarician mi rostro. Mis ojos son capaces de reconocerme pero mi corazón sin embargo no es capaz de conseguirlo. Ando con paso firme casi me atrevo a asegurar que voy guiado por la arrogancia. En mi cara una expresión nada familiar, que incluso me resulta repugnante. Ese no puedo ser yo me replico en un murmullo casi inaudible. La calle es enorme y parece que no tenga fin. La sensación de soledad me aterra y ardo en deseos de encontrarme con alguien, no quiero seguir siendo así. Sobre el asfalto mi sombra se alarga tan fina que parece que no la hubiera y me da la impresión de que de un momento a otro va a desprenderse de mi cuerpo. En ese instante mi pensamiento se cumple. Mi sombra parece tomar vida y comienza a deslizarse por las paredes de aquella solitaria calle dejando desnudo aquel yo que odio.
En mi sueño me resulta mucho más tentador seguir a aquella enorme mancha negra que a mi cuerpo, no deseo conocer a ese Juan.- ¡Lo detesto! -. Me grito enfadado. Aquella misteriosa sombra comienza a ir cada vez más deprisa sobre las paredes de ladrillos rojos de esta extraña visión. De repente deja de deslizarse de manera vertical y comienza a subir por un enorme edificio acristalado que acaba en un resalto vertiginoso. Cuando llega a él mi sombra deja de estar pegada a la pared dando un salto durante el cual comienza a tomar forma acabando por convertirse en una nube negra que amenaza tormenta.
Todo esto es muy extraño, recapacito desde mí puesto de privilegio donde observo esta escena abstracta que no soy capaz de descifrar. La nube negra que mi sombra ha creado comienza a crecer cada vez más absorbiendo las enormes nubes blancas que acompañaban aquel amanecer alentador que antes doraba mi piel. El cielo ya es completamente negro. Mis predicciones de tormenta comienza a cumplirse, poco a poco comienzan a caer las gotas de lluvia que en un principio parece mimar lo que hay bajo ellas. En ese momento miro hacia abajo. Solo soy capaz de ver con claridad aquella calle interminable calle que recorría al principio. En ella consigo distinguirme a mi otra vez, estoy sentado en el bordillo, con las manos cubriendo mi cara y la ropa empapada. Ha comenzado a llover muchos más fuerte.
De repente un rayo pasa rozándome en mi posición de privilegio, a duras penas he conseguido esquivarlo. ¿Por qué me ataca mi sueño? ¿Estoy aquí en realidad?. Sin tiempo a reaccionar veo como otro relámpago se acerca hacia mí y en esta ocasión me da de lleno. Me ha dejado ciego. En ese momento un cúmulo de sensaciones futuras comienza a envolverme, el agradable tacto un beso de buenos días, los nervios de un examen sorpresa, el gozo de un examen aprobado, la alegría de una tarde entre amigos, el enigma de unos enormes ojos verdes esmeralda, el arrepentimiento por dejar pasar una oportunidad, la melancolía en un día de lluvia, la tensión de un amor prohibido, el milagro de tu pelo abanicando el viento, el calor de un abrazo amigo, el frío abrigo de la soledad, los nervios antes de una primera noche con ella, la crueldad de un engaño, el suave tacto de una lagrima de peregrinación por mi mejilla, la satisfacción de una meta alcanzada, el misterio de un secreto, la libertad de estar entre sus brazos, el remordimiento por no haber hecho lo correcto, el gusto de sentirme querido.
Un sudor frío recorre mi cara. Mi cuerpo tiembla por completo. Frente a mi, aquella oscura mujer sigue impasible. No comprendo nada. Estoy contrariado porque creía que iba a ver mi futuro y sin embargo lo he sentido.
-¿Qué ha pasado? – pregunto extrañado mientras con la manga de la camisa limpio las gotas de sudor que empapan mi frente.
- No ha pasado nada. Nadie es capaz de mostrarte el futuro sólo puedes sentir sensaciones pasadas que seguramente se repetirán. El resto de imágenes son inventadas por tu cabeza -. Me responde lánguidamente aquella matriarca gitana.
- Y… ¿Aquellos ojos verdes? Estoy seguro que eso no soy capaz de imaginármelo – vuelvo a preguntar.
- Eso… Esos ojos eran de tu alma gemela – responde confusa como si no hubiera tenido que haberlos visto nunca. En ese momento la taza de té vuelve a posarse sobre la mesa. Tras este movimiento aquella anciana se levanta despacio de aquella roída silla y con paso cansado se aleja poco a poco entre la hilera de sillas que pueblan la cafetería. Y hay quedo yo con dos motivos; el primero seguir vivo y el segundo ver la vida a través del cristal donde siento que aquellos maravillosos ojos verdes aparecerán algún día.

Esta vez si que me he colado. Puede que sea tela de largo, jejeje. Al que haya llegado al final espero que no se haya aburrido mucho. Un abrazo a todos.

Escrito por DUDO a las 12:05 AM | Comentarios (7)

Octubre 27, 2004

HOY

Tengo marcado en el pecho
todos los días que el tiempo
no me dejó estar aquí.
Tengo una fe que madura
que va conmigo y me cura
desde que te conocí.

Tengo una huella perdida
entre tu sombra y la mía
que no me deja mentir.
Soy una moneda en la fuente
tu me deseo pendiente,
mis ganas de revivir.

Tengo una mañana a ajustarte
y una acuarela esperando
verte pintado de azul.
Tengo tu amor y tu suerte
y un caminito empinado,
tengo el mar del otro lado,
tu eres mi Norte y mi Sur.

Hoy voy a verte de nuevo
voy a envolverme en tu ropa.
Susurrame en tu silencio
cuando me veas llegar.
Hoy voy a verte de nuevo
voy a alegrar tu tristeza
vamos a hacer una fiesta
para que este amor crezca más.

Tengo una frase colgada
entre mi boca y mi almohada
que me desnuda ante ti.
Tengo una playa y un pueblo
que me acompañan de noche
cuando no estás junto a mí.

(Estribillo)

Marcos y Coyote Dax.JPGnach abel y john!!!!.jpgLas mejores.JPG

Escrito por Nachinator a las 10:52 PM | Comentarios (3)

Octubre 20, 2004

Una lágrima

John,Nachoyyo.jpg
¿Qué es una lágrima? por favor, que alguien me lo explique, pues no entiendo la razón por la que miro a esta foto y mis ojos se empeñan y lo único que exige mi corazón es coger una almohada, apretarla fuerte contra mi pecho y llorar... llorar y llorar... pero, ¿por qué?
Quizás una lágrima sea el modo que utiliza tu mente cuando se queda "colgada" y no es capaz de dar una respuesta al paso del tiempo... quizás sea la forma que tiene tu alma para rendirse, para someterse al destino y seguir adelante... o quizás sea el medio por el que el corazón se desahogue, pues la cantidad de sensaciones que esta foto evoca son incontrolables, y ni siquiera el corazón humano es capaz de retenerlas, y así, de este modo, consigue palpitar como nunca lo había hecho antes, intentando salirse fuera.
Hoy he abierto el mail, y sólo tenía uno nuevo, en especial de uno de mis mejores amigos, Abel, y únicamente portaba esta foto. Y creedme ha sido el mejor regalo que me han hecho en mucho tiempo. Por si es de vuestro interés, el de la derecha es John, prácticamente un hermano para mí, al que echo mucho de menos, más de lo que nadie nunca podrá imaginar, y aunque sé que nunca llegará a leer esto, le envío un abrazo y decirles a los dos que son lo mejor que la vida ha podido regalarme ;)

Escrito por Nachinator a las 12:53 AM | Comentarios (3)

Octubre 18, 2004

La bonoloto

A veces sencillamente me cuesta comprender como alguien a quien una tarde conoces por razones del destino que no vienen al caso, a pesar de las primeras impresiones buenas o malas que te inspire, puede llegar a formar parte de tu vida de una modo tan imprescindible...

Y es que en ningún momento te cruza por la cabeza la posibilidad de que esa persona vaya a tocar tu vida de ninguna manera. Tú tan solo te presentas, pones una sonrisa en tu cara e intentas ante todo ser quien eres, tratando, claro está, mostrar tu mejor "yo" para que no se lleve ya de primeras una errónea idea de ti. Así que ahí estas, tratando de soltar alguna gracia y así arrancar una carcajada de los presentes y romper un poco esa incómoda tensión que siempre se crea cuando conocemos a alguien... Y la cantidad de gilipolleces que podemos llegar a decir... Es increíble... También podemos tomarnos una copa, y así, si nos pasamos un poco más de la cuenta y ya la gracia se vuelve una gilipollez de estas que no son muy bien acogidas y que provocan en tus amigos y demás individuos presentes una de esas miradas como de... "venga chaval, callate ya" ... pues con alguna copa de más todo se puede achacar al alcohol...
Pero claro esta, con el paso del tiempo y a medida que te encuentras con esta persona en más de una situación, pues las gracias se acababan, porque todo sea dicho, simpático soy un rato (bueno, "hay opiniones") pero lo que es gracioso... en eso si que no existen las opiniones... Entonces claro, ¿qué haces? Saludas y haces como si no estuviera, hablas con tus amigos y así aprovechas a que el individuo en cuestión se vaya acostumbrando un poco a tu forma de ser... que si, que quizás tenga una voz rara... que no soy alto, rubio, ojos azules... pero bueno, que se de cuenta de que a pesar de todo... tengo amigos... y no soy tan extraño ni hago tantas tonterías como el otro día cuando iba todo pedo...
De pronto, "Hola" Intentas romper el hielo y escuchas, "hola". Y la conversación acaba exactamente igual que como había comenzado.
Otro día intentas colarte en su conversación, una de estas profundas que esta manteniendo con tu amigo... y piensas... este es mi momento... entonces coges aire y le sueltas el discurso de tal modo que se acojona de forma que decide no volver a tratar ya ningun tema contigo... y tú sientes como las cosas van mejorando...
El tema, vamos a donde he querido llegar desde el principio, es que un día te das cuenta de que esa persona ya forma parte de tu vida... sin saber bien porqué estás deseando verla, salir con ella y echarte unas risas... y entonces piensas... "joder, no sé exactamente cuándo, pero aunque le conozco de apenas unos meses se ha llegado a convertir en alguien muy cercano, podría calificarlo como un "verdadero amigo", de esos que todo el mundo dice que es muy difícil encontrar". Y es entonces cuando te sientes como si te hubiera tocado la bonoloto. Y es que es así como me he sentido este año en múltiples ocasiones, mi vida ha cambiado radicalmente. Han aparecido nuevas personas que han sabido hacer crecer en mí algo muy especial y a los que debo cada una de mis sonrisas, pues no son ni más ni menos que la huella que han dejado ellos en mí. Estoy seguro de que saben quienes son, GRACIAS

P.S.-se que ha sido extraño el post, pero habrá que cambiar el tono de vez en cuando y no ser siempre tan pedante, no?? ;)

Escrito por Nachinator a las 01:36 AM | Comentarios (1)

Octubre 17, 2004

EL ANDÉN

Mis ojos acaban de abrirse. Pestañeo con fuerza con la intención de llegar alguna vez a acostumbrarme a tanta luz. Mi cuerpo está tendido sobre la cama. Tengo la cabeza apoyada sobre la almohada y con suavidad muevo mi cuerpo intentado sacar fuerzas para poder levantarme. Después de un leve instante en que noto como la gravedad pretende atraparme en la cama consigo ponerme sobre mis pies descalzos. Tras desperezarme, me dirijo hacia mi mesa para ver si el móvil tiene algún mensaje - que pena – pienso para mis adentros - Necesitaba noticias de su sonrisa-.

Después de desayunar atrapado por el eco de una voz amiga en la pantalla, para no sentirme tan tristemente solo, titubeante me dirijo al baño. Me apoyo en cada pared que encuentro en el camino. Necesito una ducha.
Las gotas caen sobre mi cuerpo curando heridas que no puede sanar el tiempo. Acariciando cada rincón como antes lo hicieran las yemas de tus dedos. Apoyado sobre mi brazo el agua está vistiendo mi cuerpo desnudo. Mis pupilas cerradas notan las caricias de las gotas que me llevan navegando a sueños inalcanzables.
Las gotas de agua hace mucho que han arrugado mi piel. El tiempo parece haberse parado. Mi organismo tirita de frío. Torpemente logro salir de la bañera. Una vez fuera rodeo mi cintura con la toalla y con el rostro empapado me quedo observando mi reflejo en el espejo. Parece que he palidecido un poco en las últimas semanas. No duermo apenas y mi insomnio cada día torna en más preocupante.
Tras vestirme lerdamente, sin querer me he puesto la camiseta del revés, salgo a la calle. Rumbo a… De eso aún no estoy del todo seguro.
En un leve pestañeo aparezco en un oscuro andén donde la gente parece ordenarse en filas, caras sin nombres que se reflejan en el cruel espejo del tren que me devuelve a mi nueva realidad. Aún no ha amanecido y mi cara parece emitir un gemido silencioso - ¿Donde voy? – pienso en voz baja. Sobre mi hombro una mochila azul y negra en la que es difícil diferencial cada parte. – Supongo que tengo clase – me contesto en un intento de parecer responsable.
Mi brazo se eleva cansado y sin fuerzas aprieto el duro botón de apertura de puertas del tren. Inmóvil espero a que se abran e impaciente busco el momento de entrar en el vagón. Es extraño, creo que el tren se ha partido en dos o… ¿ha sido mi alma? En mis pensamientos bulle la misma pregunta. - ¿Cuántas lágrimas habrá visto caer aquel solitario andén? - . Nunca me había parado a pensarlo. La incógnita se va haciendo cada vez mayor y comienzo a fijarme en todas las caras impregnadas de sueño que hay conmigo en el vagón.
En mi pequeña aventura por las caras que hay a mí alrededor me detengo en la de una chica joven, creo que más o menos tiene mi edad. Desde el primer momento me parece la niña más guapa que jamás he visto, bueno, tal vez no la más guapa, la verdad es que remontándome al pasado dudo al elegir ese adjetivo entre ella o la chica que una vez amé. Supongo que da igual. La verdad es que delante de mí hay una chica bellísima de rasgos redondeados, unos preciosos ojos marrones, y una sonrisa inconfundible con su dentadura casi perfecta. Un pequeño diente rebelde que parece esconder le da un aspecto pícaro y juguetón al mismo tiempo. Su pequeña nariz se arruga al elevar las comisuras de los labios otorgándole un destello de juventud y de inocencia bastante exóticos. Su piel oscura parece fundirse en perfecta armonía con el cabello ondulado que cae sobre sus hombros con ligeros destellos ocres. Va ataviada con una cazadora vaquera rota a la altura de los codos y unos pantalones del mismo estilo. Bajo la cazadora una camiseta blanca con letras rojas en la que se puede leer “KISS ME “. Al verlo mi fantasía comienza a ir de un rincón a otro de mi cabeza y me veo soñando con un amanecer entre sus sábanas, con su calido abrazo cubriéndome y su delicado pelo balanceándose lentamente sobre mi cara mientras besa lentamente mis labios. Tiene a sus pies un macuto de viaje azul y negro, con las correas rotas y un poco deshilachadas. En su cara el reflejo de una lágrima me llama la atención. Es curioso, me siento identificado con ella. De repente una especie de complicidad parece surgir y mis ojos se convierten en gemelos de los suyos pues el llanto parece comenzar a asomarse hacia el abismo insalvable de mi cara.
En ese preciso instante me doy cuenta de que me está mirando. Mi nerviosismo incrementa, no se si ha sido queriendo o simplemente echaba un vistazo a ver si alguien había oído aquella lágrima que había explotado contra el suelo de aquel silencioso tren al caer. Poco a poco noto como se va acercando. Como si todo fuera un juego, me intenta seducir con miradas que duran apenas segundos que como si de un rayo de frío se tratase erizan toda mi piel acabando todo en un leve escalofrío que me recorre el espinazo.
De repente el tren para en seco entre dos paradas, por la ventana solo se ven árboles poco frondosos y una débil estepa que da la impresión que vaya a empezar a arder con el primer rayo de sol de la mañana. El paisaje desalentador que veo al otro lado del cristal me lleva en un segundo a volver la vista hacia el interior del vagón. Algo raro está ocurriendo. Todos se han ido y me encuentro totalmente solo - ¿Dónde están todos? – digo en una especie de grito ahogado en aquel incomodo silencio. Tras unos segundos, una voz responde a aquella pregunta. – Es tu propio sueño – me contesta en un delicado acento andaluz aquella niña de rasgos redondeados con la que había estado fantaseando. Esta sentada frente a mí. Tiene la cabeza sujeta entre las manos y una peculiar mirada acuosa, como si sus ojos estuviesen conteniendo un tremendo secreto.
En silencio me quedo observando a aquella chica de labios provocadores y sonrisa de deslumbrantes perlas. Pero poco a poco noto como su imagen comienza a distorsionarse. Su pelo antes castaño comienza a crecer largo y moreno acabando por anudarse en una especie de coleta que enmarca su cara. Un rostro que poco a poco comienza a formase, la frente se ensancha unos centímetros y sus ojos y sus cejas se oscurecen agitanando todos sus rasgos que ahora dan la impresión de ser aún más delicados. Su nariz se ha vuelto algo respingona y su boca asoma una sonrisa perfecta que asemeja el brillo de mil estrellas y me resulta familiar. - Es ella – repite mi cabeza. La niña dueña de mis deseos. La protagonista de los únicos pensamientos alegres que consigo tener cada mañana está frente a mí.
Mi cuerpo comienza a temblar y mi corazón no cesa de bombear sangre a un ritmo que roza la taquicardia. – ¿Porque nunca me llamaste? – me pregunta la niña de boquita de princesa. No soy capaz de encontrar la respuesta. Sólo puedo recordar nuestra despedida sobre aquel frío andén donde la gente parecía ordenarse en filas y que estaba lleno de rostros sin nombre que nos miraban. – Te juro que al final nos volveremos a encontrar – le repetía una y otra vez al oído. Mientras apretaba con fuerza su cabeza contra mi pecho, que parecía estar amoldado a ella, notaba como todo su cuerpo temblaba y nuestras lágrimas acompasaban su ritmo como si fueran gemelas. En el suelo de aquella solitaria estación, donde vuelvo todas las noches para subir contigo en aquel tren y saber definitivamente porque nunca seré capaz de llamarte, mi alma optó por dividirse en dos. Una mitad se montó contigo en aquel tren y la otra aún sueña con hacerlo.

No dejeis nunca escapar una oportunidad. Perdonad si es muy largo pero me apetecía mucho escribir. Un abrazo a todos.

Escrito por DUDO a las 02:32 AM | Comentarios (2)

Octubre 13, 2004

Que Grande es esto de la Amistad!!!

¨Y cuando crei que os habia perdido, solo tuve que volver la mirada para sentir todo aquello que nunca olvide y volver a estar, una vez mas, como en casa¨ (CuCaNGa ;)

¿Recordais la primera vez que hablasteis con cada uno de vuestros amigos? Posiblemente no. En algun caso podria ser debido a que por aquellos entonces erais demasiado pequeños y la memoria no os alcanza a recordar, pero seguro que a mas de uno le conocisteis no hara mucho. ¿Y por que si tan buenos amigos son, no os acordais del momento en el que os conocisteis?, ¿y que es lo que pensasteis de ellos?, ¿realmente creiais que iban a congeniar tan bien con vosotros?

Es asombroso la de vueltas que da la vida. Ves como unos desconocidos se presentan sin avisar a las puertas de tu corazon, y sin haber tenido tiempo a penas de abrir esas puertas, se van apoderando de tu vida, tu tiempo, tus emociones... y es entonces cuando te enteras que se llaman ¨amigos¨, tu concepto de la amistad forjada durante años apoyandose los unos en los otros se derrumba ante ti. No sabes como unos chavales que a duras penas conoces empiezan a tomar el protagonismo en tu vida, y van robandole tiempo a esos chicos con los que habias compartido los ultimos 18 años...

Ya todo ha cambiado, el dia a dia, las llamadas telefonicas, las noches locas, TODO. Crees que tu vida se adentra en una nueva aventura, con nuevos compañeros de batalla, y nuevos objetivos. Todo a cambiado, si señor, y los que atras quedaron, no volveran.

Pero el verano, como todo, acaba llegando: la playa, el descontrol, el descanso, noches a la luz de la luna... y como todo, termina acabando ;) y vuelves al mundo real, despues de 3 meses casi sin contacto con la realidad. Unas llamadas y en movimiento de nuevo.

Decides entonces ver a tus amigos de la infancia, esos a los que hace ya mucho que no ves, y mucho mas que no hablas con ellos de vuestra vida en comun, tanto tuya como suya. Tras unos instantes mas tensos, sin un tema fijo de conversacion, la situacion os lleva a entrelazar un tema tras otro, y es entonces cuando volveis a retomar esa confidencialidad que os caracterizaba. Te metes de lleno en sus vidas y no necesitas que cuenten mas, pues ya eres capaz de descifrar ese gesto en su cara, conocer lo que piensan, lo que sienten, saber que para ellos nunca dejaste de ser el mismo de siempre, saber que por mucho que sople el viento, ellos estaran alli para sujetar tu vela junto a la suya, marcando un rumbo fijo en tu vida, un rumbo fijo junto a ellos.

Te sientes feliz, solo el hecho de estar con ellos hace que lo pases en grande, retomando viejos momentos, sintiendote parte de ellos. A cada cosa hay que dedicarle su tiempo, a los amigos, toda la vida es poca; solo deciros que no hay que cerrarse a vivir el presente, con la gente que tienes a tu alrededor, pues el futuro esta ciemtado tanto en el presente como en el pasado (eso tambien va por los que se ¨enchochan¨ con la novia...), eso si, hay que dar oportunidad a todos, ya lleguen antes o despues, ya que siempre hay un alguien especial esperando a dar el paso y entrar en tu vida (y aunque sea pequeñin, puede acabar siendo el mas importante)

Aqui os dejo este regalito (a ver quien tiene webs de leer hasta este punto, que con lo largo que me ha salido, mas de uno se quedara en el camino jajaja ), un abrazo a ellos y un beso a ellas.

Escrito por cuco a las 01:44 AM | Comentarios (1)

Octubre 04, 2004

Un rayo de sol

amanecer.jpg Mira fijamente a esta foto, posiblemente muchas cosas te vienen a la cabeza... quizás has visto este paisaje en algún momento de tu vida, sentado en lo alto de una torre de vigilancia observando como el sol se abre paso entre las olas... o quizás lo hayas visto después de una larga noche con los colegas que acabas a las orillas del mar intentando vencer al sueño con el único objeto de poder observar ni nada más ni nada menos que esto.
Pero es que es cierto que está foto sugiere muchas más sensaciones: esperanza, ilusión, belleza... es increíble como algo tan simple puede provocar tanto comulo de sentimientos...

leon y ana.jpgyo y mer.jpgnachoabelyleon.jpg

Y bien, con estas fotos a mi me ocurre algo parecido... cuando las miro las pupilas se me dilatan, el corazón se me hace un puño, el alma tirita y la mente me sumerge en un mar de sensaciones indescriptibles que son capaces de hacerme llorar...
Y es que cada una de estás personas (y alguna más que por motivos de espacio no he sido capaz de incluir) desde hace unos años se han hecho protagonistas de mi propia autobiografía, la cual carecería de todo sentido si algún descerebrado decidiera suprimirlos... Para mí son mucho más que unos amigos, son educadores pues me han enseñado mucho más de lo que contienen los libros o de lo que las palabras pueden describir; son mis confidentes, pues ninguna caja fuerte es capaz de guardar tantos secretos, tantas aventuras, tantas gamberradas, trastadas, emociones, amores incondicionados, lágrimas, sonrisas, gestos, guiños, miradas... Sin duda ellos han llenado con creces mis ociosos veranos y han sabido hacer crecer en mi la esperanza y la ilusión porque un nuevo verano comience y podamos volver a compartir partes tan importantes de nuestras vidas... y es que, si estas fotos no son más bonitas que un amanecer, al menos si son capaces de evocar algo más bonito que ello, algo que no se encuentra facilmente y de la que solo ellos son portadores, la Amistad.

Escrito por Nachinator a las 11:42 PM | Comentarios (3)

Octubre 01, 2004

Todos los niños crecen

Todos los niños crecen, todos menos uno.

Fui libre en un mundo de fantasía. Donde volaba con mis pensamientos de alegría junto a las hadas y acababa siempre merendando banquetes imaginarios. No quería vivir la realidad, me gustaba ser un eterno niño al que lo único que importaba era batallar con piratas y volar alto hasta poder dormir acomodado en cualquier estrella del firmamento.

“Quiero ser siempre niño y divertirme” me repetía. Y como en un sueño todo lo que pasaba a mí alrededor era fruto de mi propia fantasía junto a los niños perdidos. Un día busqué a una niña que pudiera contarme los cuentos de los que tanto había oído hablar y que mi alma de chiquillo necesitaba. Así encontré a mi Wendy. La niña de profundos ojos marrones que cosió mi sombra a mi cuerpo y mi corazón a su pecho. Ella vino conmigo a mi hogar, el hogar de los sueños, al hogar donde los deseos no son una fantasía, al país de Nunca Jamás. Fui su Peter durante lustros, décadas y centurias que pasaron volando en apenas varias lunas.

Junto a ella volé por el infinito mundo de nunca jamás, con nuestras manos enlazadas defendimos el hogar de todos los niños perdidos. Matamos piratas y cazamos a los indios y de postre olvidaba todo lo que había ocurrido buscando una nueva distracción. Tan solo había algo que nunca conseguía borrar de mi mente: Los ojos de Wendy cuando me miraban con ternura. Escuchaba sus historias mientras cosía mis bolsillos ayudado por el primer beso que ella me dio, aquel dedal de plata que acabo haciéndose con un hueco en mis bolsillos. Los dos, cuidamos de los niños perdidos. Probé sus medicinas y volamos todos los lagos de nuestro país de ensueño.

Pero un día todo terminó, ella decidió que tenía que crecer. No quería vivir siempre corriendo, saltando, gritando, soñando, riendo…No quería ser siempre un niño. Quería dejar el mundo de Nunca Jamás donde habíamos sido tan felices. Regresó a su casa de donde la había raptado hace años atrás. Pero sus padres seguían esperando en su cuarto, junto a la ventana. Incluso después de todo los que les había hecho sufrir quisieron que me quedara con ellos. Pero yo no quise, al fin y al cabo solo quería ser un niño para siempre. Dejar de crecer.

Durante un tiempo iba a visitarla a su casa y los dos volábamos como si no hubiera pasado el tiempo. Seguimos viviendo aventuras; hablando con las hadas, conquistando sueños, desoyendo los cantos de sirenas que nos decían que nadáramos junto a ellas. Pero cada vez me costaba más acordarme de ella. Pasaron primaveras y no fui a verla tantas veces como le había prometido, aunque yo seguía viéndola como la niña de profundos ojos marrones que me ayudó a vencer a mi ya olvidado Capitán Garfio, que me dio mi primer beso y dedal.

Pasado ya el tiempo me decidí a volver. Me costó reconocerla. Ella tenía la cara llena de arrugas, sin embargo sus dos grandes ojos seguían allí. Después de tantos años sus ojos seguían llenos de vida, como un faro que siempre me había guiado. Se le había olvidado volar. Yo le grite como loco “Me prometiste que nunca crecerías”. Ella nunca más volvería conmigo al país de los sueños. Y acabé batallando contra las paredes y con mis puños empapados en sangre. De repente me di cuenta que ya había perdido mis pensamientos alegres y que tampoco yo podría volver.

Y allí me quedé. Un niño entre dos mundos, un niño obligado a crecer por la fuerza y que estaba condenado a aceptar la realidad de la que tanto había huido. Un niño que pronto dejaría de serlo, un niño que había perdido la inocencia y las ganas de divertirse. Un niño que había perdido sus pensamientos alegres y que había recuperado su memoria. Un niño que ya no deseaba volver a matar piratas ni contarles sus aventuras a las sirenas porque había perdido la ilusión de ese mundo de fantasía. De repente vivir no iba a ser la gran aventura que había creído. Y un último cacareo se ahogo en el silencio de mi mirada.

Todos los niños crecen. Todos menos uno. Mentira.

Escrito por DUDO a las 12:43 PM | Comentarios (1)