Ayer fue el cumpleaños de una persona muy cercana a mí y por eso opino que debería hacer mención de ello en el blog e inmortalizar esta cita anual tan importante para mí.
Su nombre es Abel, ya me he atrevido a hablar de él en otras ocasiones pero verdaderamente no he tenido la oportunidad de "presentarle". Al fin y al cabo, este blog es un reflejo de lo que soy, he sido y seré, y ello conlleva tanto las experiencias diarias como el entorno y las personas más allegadas, pues como bien digo, no somos más que él reflejo de nuestro día a día y de aquellos de los que nos dejamos impregnar.
Y bien, Abel es uno de esos protagonistas en mis aventuras y, sin duda, una de esas personas imprescindibles en la vida de uno y que fácilmente la dejan señalada con su característica forma de ser.
Tiene mi misma edad; y a pesar de que le conozco desde hace a penas cinco veranos con este, no me lo pienso dos veces cuando afirmo que es uno de mis mejores amigos. Y es que es realmente extraño como convives con personas durante toda tu vida y se quedan tan sólo en eso, personas junto a las que has pasado importantes y no tan importantes tramos de tu vida, pero que realmente no te llenan para nada, ni te son imprescindibles. Sin embargo, en estos cinco últimos años, si que consideraría a Abel como una persona imprescindible, pues sin su mención este tiempo vivido perdería mayormente su sentido. También es ciento que nos separan unos cuantos kilómetros y eso hace algo difícil un contacto diario, pero aunque me pese he de aceptar que las cosas son como son y me tengo que adaptar a ellas. En cambio, nos unen muchos veranos juntos, inseparables, con mil y una historias que no acabarían nunca... historias que dibujan una sonrisa en mi cara cada vez que las recuerdo a la vez que me ponen los pelos de punta y me emocionan.
Las risas, los baciles, las confidencialidades... caracterizan una relación como pocas existen. Es una persona totalmente distinta, diferente y he ahí su peculiaridad y habilidad para llamar la atención y enganchar a la gente. ¿Que qué quiero decir con esto? si le conociérais fácilmente sabríais a que me refiero. No sé que tiene, pero consigue, en poco tiempo, que la gente cree una burbuja alrededor de él. No hay más que verle para notar la huella que deja en su entorno ganandose así la confianza y la importancia que le otorgan, y se merece, todos sus amigos y familia.
Espero que el haber celebrado un año más juntos sea signo de que vamos a comenzar un año uno al lado del otro y que todavía quedan muchas historias por contar y muchas aventurar por emprender...
¡Muchas felicidades! Y, una vez más, ¡gracias por ser como eres!