Diario de un rebelde

Recuerdos para llorar

La habitación está en penumbra, no se escucha el eco de las risas y las paredes parecen temblar de frío.
Mis dedos aprietan con fuerza las palabras que se deslizan por el papel y consiguen sincerar a mi alma. Puede que la vida se defina por semanas como éstas, por una sucesión de días en lo que se es consciente de que eres feliz, días en los que no necesitas tiempo ni espacio, en los que hasta el aire parece no importar porque lo único que respiras son momentos, instantes que parecen grabarse a fuego en el alma y a los que todas la mañanas recurren para darte verdaderamente cuenta de porqué eres capaz de despertar, de abrir los ojos a la rutina, de volver a deslizarte sin rumbo por las calles. Momentos que te hacen sentirt vivo.

¡Gracias por devolverme el aire!
By Juan
Guardamar - 10 de Abril de 2004 -

Da gusto leer algo así, tan profundo, tan sincero y sentirte totalmente identificado.
Estos cuatro días han marcado mi vida y se han hecho un hueco en la memoria de todos y cada uno de nosotros.
La vida se ha tornado azul celeste, ahora miro al cielo y no veo tan sólo nubes; ahora miro al cielo sabiendo que lo vea o no, lo quiera creer o no, hay un sol allí arriba, dispuesto a darme calor y a arroparme siempre que lo necesite. Dispuesto a dotarme de esa vitalidad que tantas veces he echado en falta.
Gracias por ser quienes sois, pues no cambiaría nada en ninguno de vosotros.
Gracias, porque os habeis adueñado de mí no tan sólo durante estos días sino de por vida.
Siempre os llevaré conmigo.