Sueños inacabados. Tretas mentales.
Mis párpados se mueven tentativamente sobre la oscuridad, pero todavía no me atrevo a despertar.
El delito está siempre a punto de consumarse, pero mi mente es traicionera, ordena a mis ojos no mirar...les manda callar.
Entonces los recuerdos aparecen ante mí, con distintas formas y texturas, algunos de ellos están ahora tan difuminados y arrugados que no puedo identificarlos, es como si fueran otros, como si fueran nuevos. Son recuerdos que poco a poco han ido quedando desfigurados y aplastados por el tiempo, irreconocibles, confusos, tal vez sólo imaginados...recuerdos renovados y crujientes, sí, pero sin olor a nuevo, de cerca la superficie parece muy gastada.
Recuerdos engañosamente nuevos. Tretas mentales.
Me asaltan recuerdos desconcertantes...tus recuerdos como si fueran los míos. A veces echo de menos momentos no vividos, acaricio esos ecos remotos como si me fueran familiares. Sonidos nunca escuchados vuelven a mí, sensaciones intactas despiertan en mi lengua.
Son recuerdos sin estrenar. Algunos me confunden, me engañan con su nuevo disfraz. Otros son como una terapia, un juego de retrovisores, pero, ¿son reales?. " No recuerdo los caminos, tal vez nunca los he recorrido, quizá con los ojos vendados...".
Mis párpados siguen cerrados, la luz a veces puede ser molesta, pero aún así ya va siendo hora de despertar.
Los recuerdos pueden ser bonitos y traicioneros a la vez. Más vale que les dominemos.
Besitos totalmente nuevos.