Parece el primer y último viaje del Titanic. Todo el mundo arriba, contento, viaja con la ultima tecnología. No se puede hundir, además uno la pasa bárbaro. La verdad, no se sabe bien para que están esos botes salvavidas. Debe ser la tradición, un buque sin botes salvavidas no lo pueden entender estos marinos, tan apegados a la tradición y a los cuentos de vieja. Sigamos destapando champagne.
No ha habido nuevas noticias en el mundo. Los iraquíes siguen intentando que los invasores se vayan, luchan como y cuando pueden. Algunos satélites de USA ven que las cosas se están poniendo un poco más difíciles e intentan irse. El retiro de las tropas españolas, que Zapatero ordenó cumpliendo sus promesas electorales, ha producido un efecto dominó. Algunos países centroamericanos, Polonia y Bulgaria, también dijeron que se irán. Otros han dicho que si los atacan se van. En qué medida el crecimiento de la resistencia iraquí o el modo yanqui de encarar la guerra son los determinantes de estas decisiones no está claro. Los yanquies están actuando como los israelíes en la franja de Gaza, o como lo hacía la Whermacht en los paises ocupados. No tienen otra salida. O hacen eso o se van.
Se ha montado un férreo control de la prensa, por ejemplo se ha prohibido la publicación de las fotos de los féretros de los soldados muertos en acción. Sin embargo, lograron filtrarse por internet. En Irak, los periodistas de cadenas árabes son detenidos y amenazados.
El país más poderoso de la tierra se ha apartado de las decisiones del Consejo de Seguridad de la U.N., ha urdido patrañas para justificar su agresión, y cuando la verdad sobre las supuestas armas de destrucción masiva sale a la luz, intenta justificar sus acciones diciendo que el jefe de estado era un tirano y que la agresión simplemente se justifica por eso. Para liberar al pueblo irakí del tirano le causaron más de 10.000 muertos civiles, y viola la convención de Ginebra todos los días. El bloqueo de las exportaciones desde 1991 ya le había causado a Irak alrededor de 500.000 muertos, por inanición, contaminación de las fuentes de agua, y del ambiente (por las municiones de uranio empobrecido), y en esto están comprometidas tanto las administraciones demócratas como republicanas de USA.
Se sabe ahora que las luchas étnicas en África costaron cerca del millón de vidas en la década pasada; sin embargo, nadie intervino. Cosas de negros, y además no tienen petróleo ni nada que valga la pena.
Esto que se llama civilización (eso de occidental y cristiana ya no se escucha más desde la caída del muro), tiene un rumbo que más tarde o más temprano va a encontrar un iceberg, grande, muy grande. Sigamos con la fiesta mientras podamos.
El relato que hace un ingles, que está prestando ayuda médica y humanitaria, de la vida en Fallujah – Irak -, en estos días, es terrible. Desde que comenzó la represalia de USA por la muerte de cuatro mercenarios que trabajaban en la seguridad privada, estima que el número de víctimas mortales asciende alrededor de 880, de los cuales 86 son niños que perecieron en los primeros días de los bombardeos. Actualmente impera una tregua, que es rota frecuentemente por las dos partes. Refiere que los marines han situado francotiradores en los techos de las áreas que dominan, que hacen fuego sobre todo lo que se mueve, incluso ambulancias, por lo cual el acceso a los hospitales de los heridos es casi imposible. Las familias carecen de agua y comida. La gente está saliendo de esa ciudad, pero teme que cuando haya salido una gran proporción de mujeres y niños, los USA destruyan todo. El relato está en el Guardian.
Sería interesante que los militares que están haciendo estas cosas con la población civil recordaran el caso Yamashita, juzgado en apelación por la Corte Suprema de USA en 1946. El general Tomoyuki Yamashita era el comandante de las fuerzas terrestres japonesas en Filipinas, en la guerra 1939/45. Sus tropas cometieron desmanes con la población civil, aunque no hubo pruebas de que el comandante emitiera las órdenes correspondientes. Sin embargo, la Corte Suprema de USA dictaminó que el comandante es el responsable de lo que hacen las tropas, y colgaron a Yamashita.
Pero no está demás recordar lo que dijo un general nuestro: “La historia la escriben los que ganan. Si hubieran ganado los nazis el juicio de Nuremberg hubiera sido en Virginia”
Poco antes de la invasión de Irak, cuando aún USA intentaba invadir bajo el paraguas del Consejo de Seguridad, la ministro de educación de Alemania comparó a Bush con Hitler. Esta valiente mujer dijo lo que la mayoría de los estadistas de Europa pensaban y comentaban por lo bajo, pero que nadie se atrevió a decir. Por supuesto que mantener a la ministro en funciones equivalía a refrendar su opinión, así que se tuvo que ir. El desarrollo posterior de los acontecimientos parece haberle dado la razón.
La masacre de las fosas Ardeatinas en 1944 fue la respuesta nazi a un atentado, causado por la resistencia y que costó la vida a 32 soldados alemanes. Los nazis aplicaron la receta del 10 por 1 y fusilaron a 335 rehenes, judíos, presos por delitos comunes y políticos, y gente levantada al voleo. Priebke, un ex oficial alemán que tuvo intervención en la masacre y vivía en Bariloche, fue extraditado a pedido de Italia en 1995, donde lo juzgaron dos veces (en el primer juicio lo absolvieron) y lo condenaron a prisión perpetua.
En Fallujah los militares de USA aplicaron la misma receta. Al asesinato, en una emboscada de la resistencia, de cuatro americanos mercenarios empleados en la seguridad privada, han respondido con el bombardeo aéreo y de artillería de áreas residenciales, ocasionando alrededor 600 víctimas civiles.
Por supuesto, en su jerga infernal, eso se llama “daños colaterales”. Seguramente que es más fácil hacer eso que mandar la tropa a buscar a los resistentes. Después de un ablandamiento de ese tipo, hay menos bajas propias y la opinión pública de USA no se impacta con las bajas civiles irakíes. En algo andarían y seguramente todos eran terroristas.
Cuando J.P.XXIII, en su homilía de Pascua, condenaba al terrorismo, se refería también “in pectore” a los bombardeos de Fallujah?
La caída del principal argumento para la agresión, la posesión de armas de destrucción masiva, no parece haber influido en la opinión de los norteamericanos, que todavía siguen pensando mayoritariamente que la invasión aún se justifica. Todo un éxito de los medios de USA, que no reportean a los heridos ni filman la llegada de los “body bags”, los envases de plástico negro que traen cadáveres de vuelta, y que además dan curso libre a las historias rosa del Pentágono como el asunto de la “private Jessica Lynch”.
El Gauleiter Bremer ha logrado lo que parecía irrealizable: la unión de sunnitas y chiítas en la resistencia.
Las Naciones Unidas hace 30 años que están en Chipre, por el conflicto entre griegos y turcos, hace 8 años que la NATO está en Bosnia y como van las cosas la estadía en Irak de las tropas invasoras pinta para mucho, mucho tiempo.
Una investigación del Observer ha revelado que huérfanos y bebés a partir de los tres meses han sido usados como cobayos en experimentos potencialmente peligrosos patrocinados por compañías farmacéuticas. Los experimentos se realizaron en el Incarnation Children's Center, un hogar manejado por la caridad católica en Nueva York.
Los niños ya estaban infectados con HIV o habían nacido de madres infectadas con HIV. Sus padres habían muerto, no se podían encontrar, o habían sido privados de la tenencia por alguna razón. Los niños estaban bajo la guarda del New York City Agency for Children's Services, que otorgó la autorización necesaria para realizar los experimentos, que fueron llevados a cabo por médicos del Columbia University Medical Center.
El departamento de salud de N.Y. ha lanzado una investigación por aseveraciones de que más de 100 niños en Incanation fueron usados en 36 experimentos. Algunas de esta pruebas fueron diseñadas para testar la toxicidad de las medicaciones para el Sida. Una de ellas implicaba suministrar a niños a partir de los cuatro años un coctel de alto dosaje de siete drogas al mismo tiempo. Otra registraba la reacción en bebés de seis meses de una dosis doble de vacuna antisarampionosa. También se probaron drogas contra el herpes, algunas variantes del AZT y otra drogas.
El stablishment médico ha defendido estas pruebas aduciendo que proporcionaba a los niños medicación de ultima generación, que de otra manera no habrían podido obtener para una enfermedad potencialmente mortal.
Sin embargo, quienes han destapado la olla dicen que hay diferencias entre proveer las últimas drogas y experimentación. Los experimentos eran de fase I, los más riesgosos y que los tests de HIV positivos para niños menores de 10 meses no son indicación de infección (los anticuerpos pueden haber sido aportados por la madre) y que por lo tanto se les ha suministrado drogas tóxicas a niños potencialmente sanos.
Vera Sharav, presidente de una molesta organización de derechos humanos que investigó el asunto dijo que “los niños han sido tratados como animales de laboratorio”. En el sitio indicado hay también un interesante artículo de la relación entre antidepresivos y suicidio.
El asesinato de Axel Blumberg fue la gota que colmó el vaso. No solo lo asesinaron a sangre fría, sino que previamente lo torturaron. Le arrancaron las uñas, con una pinza que se encontró en el lugar donde estuvo secuestrado. Los niveles de sadismo en este secuestro y otro anteriores no tiene nombre. Las mutilaciones sufridas por los secuestrados parecen cosa habitual, en un crescendo de violencia no visto desde la época de la dictadura.
Excelente alumno, deportista, hijo de un empresario, Axel era el el típico modelo de hijo. Lo que ocurrió hubiera podido sucederle a cualquier hogar de clase media. La identificación con los padres de Axel fue inmediata. La marcha fue una explosión social en demanda de justicia. No solo de la clase media, sino también de sectores humildes que tenían algo que decir sobre la administración de justicia y las fuerzas de seguridad.
La explotación mediática del caso fue fenomenal. El padre de Axel es una persona educada, se expresa bien y tiene buena estampa. Recuerdo el caso de esos dos chicos que la policía obligó a tirarse al nauseabundo Riachuelo desde el puente. Uno de ellos se ahogó. Los familiares eran gente muy humilde, no se expresaban muy bien, se repetían mucho. Es más difícil para muchos identificarse con ellos. Pero fue un caso que merecía una marcha como la de ayer.
El padre de Axel canalizó extraordinariamente bien su bronca y su dolor. Juró hacerles pagar su crimen a los asesinos y lo está consiguiendo. Le deso
fervientemente éxito en su empresa.
Está con un stress emocional muy grande, y en esos casos se dicen muchas cosas sin pensarlo bien, o repitiendo cosas sin mucho análisis. Debo decir que algunas cosas que dijo me preocupan, porque puede ser en adelante un referente social importante.
Con respecto al petitorio, no creo que los legisladores tengan problema en aumentar las penas para los delitos violentos, la portación de armas, etc.
Tengo mis dudas de que los legisladores aumenten las penas para otros delitos, que no se cometen con armas sino con lapiceras y sellos, pero también suelen tener consecuencias mortales.
Incluiría en el petitorio el aumento de pena para el cohecho (la coima) de un funcionario, con agravantes si tiene alta jerarquía o es un representante del pueblo. Pude ser desmoralizante para un ladrón de gallinas que él esté preso y un legialador que aceptó coimas (o las pagó) ande suelto, porque es un delito excarcelable. No es un buen ejemplo.
También para la malversación de fondos públicos, con agravante si se trata de partidas para educación, salud, o asistencia social.
El Sr. Blumberg ha tenido malos conceptos para con los derechos humanos y los jueces garantistas. Repito que está en estado de estrés emocional muy fuerte, ya ha trabajado mucho antes y después del asesinato de su hijo. También ha hablado con mucha gente, y tal vez prestó demasiada atención por su estado emocional al discurso insidioso de un extremo del espectro político.
Es peligroso, ya no por razones de principios abstractos, sino más bien prácticas oponerse a la plena vigencia de los derechos humanos. Si te pescan con un porro, o te lo plantan porque no les gusta tu cara y te torturan para que cantes a quién se lo compraste o invaden tu casa para ver si tenés más, te vas a convertir en un fanático de los Derechos Humanos, la Convención de Ginebra, el Tratado de No Proliferación Nuclear, y la Carta de las Naciones Unidas.
Debo confesar que no sé exactamente que significa ser garantista. Si consiste en la observancia estricta de la ley, yo soy garantista.
Si no serlo consiste en hacer la vista gorda a la tortura y al maltrato, recomiendo a los que se oponen a las garantías constitucionales que promuevan abiertamente la adopción de leyes que la implementen. Israel autorizó, en la década pasada, y en un contexto muy distinto al nuestro, el “trato rudo” en los interrogatorios. Creo que la norma no duró sino un par de años porque la Corte Suprema lo prohibió.
Si se implementa la ley autorizando la tortura, habría que reglamentarla. Hay mucha gente suelta que podría asesorar, incluso médicos, para las cosas no terminen mal.
Me parece excelente que los presos se instruyan o trabajen. Pero el modelo USA del trabajo forzado en público (al cual se refirió en el programa de Nelson Castro), con presos encadenados, me parece despreciable. Ellos lo pueden hacer y no les parece mal, porque hasta no hace mucho lo hacían con los negros esclavos.