Muy tardíamente, el New York Times ha reconocido que estaban equivocados cuando se plegaron a las acusaciones de que Irak tenía armas de destrucción masiva y apoyaron la invasión. También ha reconocido que los casos de tortura a prisioneros de guerra parecen responder más a un patrón impuesto por el alto mando de USA que a casos aislados. Reconocer esos errores a esta altura de los acontecimientos no es un mérito. Parece más bien una estrategia para salir del paso y continuar intentando manejar la opinión pública. El mérito, en todo caso, es para los sectores de USA que han mantenido una constante oposición a la guerra y que han denunciado todos sus horrores. Estos sectores no son la mayoría, ni mucho menos, pero han dado pelea desde que avizoraron las intenciones de Bush y sus gerentes, tiempo antes de la invasión. A la mayoría silenciosa solo se la escucha gritar, en USA y en todo el mundo, cuando le aprietan la víscera más sensible, el bolsillo.
A pesar del Acta Patriótica, que restringió las libertades personales, no ha sido necesaria la intervención del aparato del Estado para restringir la libertad de expresión. De eso se encargan las grandes cadenas de medios y las corporaciones. Desde lo alto de un banquito en Central Park, o desde un weblog uno puede decir lo que quiera sin ser molestado (todavía), pero es como la picadura de un mosquito en un elefante.
Aunque algunos mosquitos pueden crecer mucho y hacerse molestos, como Michael Moore, a quién Walt Disney, a través de una subsidiaria, le negó la distribución del documental “Farenheit 9/11”. Como se sabe, todo lo que no es cartón pintado no le gusta a Walt Disney. Los franceses, en un gesto obviamente político, le dieron la Palma de Oro en Cannes a esa película.
Adhiero como loco. Me siento robado de palabras casi. Lo del NY Times es tan meritorio como patear una vieja a la avenida Libertador a las 6 pm de un viernes y despacharse con un: - uh, abuela disculpe! ... me parece que estuve medio flojo ahí, no? -.
Los multimedios se han convertido en semidioses, brazos armados de la guerra moderna. Moldean la opinión popular a piacere en una temible analogía 1984.
Los muy putos.
Escrito por Sr. Dikano a las Mayo 26, 2004 11:40 PM