Seymour Hershs es uno de los principales periodistas investigadores de USA. En 1969, como periodista free-lance, escribió el primer relato de la masacre de My Lai en Vietnam del Sur. Ha ganado más de una docena de premios, entre ellos el Pulitzer en 1970, y ha escrito media docena de libros. Parece un periodista creíble. Escribió un artículo, “The Grey Zone”, en el New Yorker. Después de leerlo, no pude menos que recordar a algunos especialistas n.americanos (sociólogos y politicólogos) que vinieron a estudiarnos de cerca. Lo que sigue es una traducción libre de algunos párrafos del artículo de Hershs.
“Durante la semana pasada, se conocieron las declaraciones de uno de los siete policías militares acusados, Jeremy Sivits, de quien se espera una confesión de culpabilidad. En ellas, dijo que los mandos militares superiores de su unidad podrían haber parado el abuso si lo hubieran presenciado. Una de las cuestiones que serán exploradas en cualquier juicio, sin embargo, es porqué un grupo de reservistas (policías militares) , la mayor parte de ellos provenientes de pequeñas ciudades, atormentaron a sus prisioneros como lo hicieron , en una manera que fue especialmente humillante para los hombres irakíes.
La noción de que los árabes son particularmente vulnerables a la humillación sexual se convirtió en tema de conversación entre los conservadores pro-guerra de Washington en los meses anteriores a la invasión de Irak en marzo de 2003. Un libro que era frecuentemente citado era “The Arab Mind”, un estudio de la cultura y sicología árabe, publicado por primera vez en 1973, por Raphael Patai, un antropólogo cultural que enseñaba, entre otras universidades, en Columbia y Princeton, y que murió en 1996.
El libro incluye un capítulo 25 páginas sobre los árabes y el sexo, describiendo el sexo como un tabú revestido de vergüenza y represión. “La segregación de los sexo, el velo de las mujeres... y todas las otras reglas minuciosas que gobiernan y restringen el contacto entre hombres y mujeres, tienen el efecto de hacer del sexo una primera preocupación en el mundo árabe”, escribe Patai. La actividad homosexual “ o cualquier indicación de inclinación homosexual, como con todas las otras expresiones de sexualidad, nunca se le da ninguna publicidad. Son estos asuntos privados, y permanecen en privado”. El libro de Patai, me dijo un académico, fue la Biblia de los neoconservadores sobre comportamiento árabe. En sus discusiones, dijo, dos temas emergían –“una, que los árabes solo entienden la fuerza y, dos, que la mayor debilidad de los árabes es vergüenza y humillación”.
El consultor del Gobierno dice que puede haber sido un serio propósito, al principio, detrás de la humillación sexual y las fotografías expuestas. Se pensó que algunos prisioneros podrían hacer cualquier cosa –incluyendo espiar a sus asociados- para evitar la diseminación de las vergonzosas fotos a familiares y amigos. El consultor del Gobierno dijo, “me dijeron que el propósito de las fotografías era crear un ejército de informantes, gente que se podría insertar luego en la población”. La idea era que ellos podrían estar motivados por temor a la exposición, y recoger información sobre actividad de la resistencia, dijo el consultante. Si fue así, no ha sido efectivo; la resistencia continuó creciendo.”