Una vez más fracasó el intento de relanzar las negociaciones del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Los representantes gubernamentales, que se encontraban reunidos en Buenos Aires (Argentina), entre el 31 de marzo y el 1 de abril, anunciaron que no lograron alcanzar un acuerdo y que suspenden por tiempo indefinido una nueva convocatoria a negociaciones formales.
Éste ha sido el segundo encuentro de un grupo selecto de países, integrado por delegaciones del MERCOSUR (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), junto a EE.UU., Canadá, México, Costa Rica, Chile, Ecuador, y Venezuela. El propósito de la cita en Buenos Aires era acercar las posiciones entre un bloque liderado por Estados Unidos, y por el otro lado el MERCOSUR y unos pocos países más, de manera de destrabar las sesiones formales que debía haber iniciado el Comité de Negociaciones Comerciales en Puebla (México).
Al anunciar este "impasse", los copresidentes del actual tramo de las negociaciones, Ademar Bajadián (Brasil) y Peter Allgeier (Estados Unidos) evitaron una vez más como referirse a un fracaso. Bajadián sostuvo que "no hay crisis, sino que estamos trabajando para que en el menor plazo posible tengamos resultados muy positivos". Allgeier de alguna manera reconoció las dificultades en llegar al 2005 con un acuerdo, aunque buscó subrayar algunos hechos positivos.
Estos mismos países ya habían intentado reducir sus diferencias, también apelando a un encuentro informal en Buenos Aires, el pasado 9 y 10 de marzo. En aquel entonces tampoco se llegó a un acuerdo. A su vez, esa primera reunión en Buenos Aires fue consecuencia del desbaratamiento del encuentro del Comité de Negociaciones Comerciales que se celebró en Puebla (México), el pasado febrero. De esta manera, a lo largo de los últimos tres meses han fracasado una tras otras tres reuniones que buscaban reflotar el ALCA.
Sin embargo, varias delegaciones gubernamentales llegaron a Buenos Aires con la intención de redoblar la búsqueda de acercamientos, inclusive desde el seno del MERCOSUR. Esa actitud despertó preocupaciones; por ejemplo, integrantes de la Alianza Social Continental (una megacoalición de organizaciones sindicales y ciudadanas de las Américas) observaron con preocupación la primera jornada del encuentro. En ese momento las discusiones parecían orientarse a lograr un acuerdo, aunque éste fuese ambiguo, y pasar cuanto antes a ofertas comerciales concretas.
A pesar de todo, rápidamente volvieron a expresarse las diferencias. Las cuestiones en disputa fueron esencialmente las mismas, en particular los subsidios y proteccionismo agrícola, servicios y derechos de propiedad intelectual. Algunas propuestas, que tenían potencialidades positivas, como el trato diferencial a las naciones más pequeñas, parecen haber perdido definitivamente su lugar.
Entretanto se mantienen las diferencias sobre el comercio en productos agrícolas. En ese rubro el MERCOSUR catalogó de "ambiguas" a las propuestas de Washington Martín Redrado, secretario de comercio internacional, afirmó a la prensa que "Estados Unidos quiere tener la posibilidad de reintroducir los subsidios, y para nosotros deben eliminarse por completo. Ese es el concepto que nos separa". El bloque del sur desea cambios concretos tanto en los subsidios como en las medidas de ayuda interna en EE.UU. Sin embargo el MERCOSUR ha dado señales de aceptar algún acuerdo en tanto reciba compensaciones o facilidades en otras áreas.
Mientras los delegados gubernamentales discutían estos temas, el 31 de marzo se celebró una marcha contra el ALCA en las calles porteñas, dejando que la presión de las organizaciones sociales se mantiene.
En ese contexto, al día siguiente, 1 de abril, los representantes gubernamentales anunciaron que no se había llegado a un acuerdo. No sólo eso, sino que además informaron que no se estableció una fecha precisa para una próxima reunión informal, ni para convocar al Comité de Negociaciones Comerciales. Serán necesarias nuevas consultas con las capitales, y no se ha cumplido ni uno sólo de los puntos emanados de la reunión ministerial del pasado noviembre en Miami. Este resultado refleja con mucha claridad el estancamiento en que ha caído el proyecto del ALCA.
Han quedado algunas pequeñas opciones abiertas a futuro. Por ejemplo, el MERCOSUR se ha comprometido a mejorar su oferta sobre servicios, esperando como contrapartida que los EE.UU. eliminen sus subsidios agrícolas y otros incentivos a la producción. Ante posiciones como estas existe preocupación entre las organizaciones sociales. Gonzalo Berrón, representante de la central sindical brasileña CUT ante la Alianza Social Continental sostuvo que es peligroso "dar los primeros pasos para un acuerdo, apostando en tener una lista de productos ventajosa para el MERCOSUR, y después no poder volver atrás aunque las ofertas no sea buenas".
De todas maneras en estos momentos el proyecto del ALCA ha quedado paralizado y sin opciones claras hacia dónde avanzar. Diversos delegados gubernamentales comienzan a reconocerlo en privado. Por ejemplo, el ministro argentino de relaciones exteriores, Rafael Bielsa, al recibir a una delegación de organizaciones sociales, incluyendo a la Alianza Social Continental, reconoció que se tenía claro "que no podrá haber ALCA en el antiguo plazo del 2005".
El ALCA, como un único tratado continental, se ha quedado sin futuro. Pero el proyecto del libre comercio sigue en marcha, y tal como sostiene la Alianza Social Continental en su comunicado final emitido en Buenos Aires, la batalla continúa en los frentes de mayor asimetría: los acuerdos bilaterales en negociación.
(*) Eduardo Gudynas es analista de información en D3E (Desarrollo, Economía, Ecología y Equidad América Latina).