Un banco francés expone latas de sardinas

Interesante. Apasionante. Viva la cultura. ¿Habrán preparado recuerdos promocionales de la exposición? Lo estoy viendo. Un póster gigante con la foto de una lata de sardinas. Una gorra en forma de lata de sardinas. Una taza de café decorada con dibujos de las latas de sardinas. Hasta un coche lata como el de la foto. Hay todo un mercado por explotar aquí.

Un banco de Marsella expone 200 latas de sardinas antiguas

Tengo que agradecer de nuevo a France Presse que informe al mundo de cosas como éstas. Esta noticia está fechada el 9 de junio.

Doscientas latas de sardinas llenas, llegadas de todo el mundo, se exponen hasta el 29 de junio en los locales de un banco de Marsella.

La exposición agrupa en una vitrina latas de todos los colores, llegadas desde más de 20 países, desde Corea hasta Noruega, pasando por Estados Unidos.

Un mundo unido por los lazos de las sardinas. Qué bonito. Y todos esos diseños, dibujos, colores. Las sardinas como fuente de inspiración artística. Yo, más allá del grado de estupidez que pueda tener hacer una exposición de latas de sardinas, lo que me pregunto es qué demonios hace un banco metido en este sarao. ¿Es un desembarco en la industria sardinera o qué?

Pero una exposición sobre latas de sardinas no sale de la nada. No nace del suelo como un champiñón. Como en cualquier proyecto titánico, siempre hay una persona detrás que pone cuerpo y alma en el empeño:

Christian Allagnat, de 55 años, empezó esta colección hace 30 años. "Siempre me encantaron las sardinas y mi abuelo me las regalaba cuando era pequeño. Con 25 años, decidí hacer mi propia colección de latas de sardinas. He viajado mucho con mi mujer y he traído latas de todo el mundo", declaró Allagnat, que inclusó encontró "muy buenas" las sardinas enlatadas que caducaron hace 20 años.

La idea de organizar esta exposición se le ocurrió junto a Jean-Claude L’Arnaud, presidente de La Bonnasse Lyonnaise de Banque. "La proposición fue tomada en serio y las sardinas llegaron hasta esta agencia de Marsella", explicó L’Arnaud, amigo de la infancia de Allagnat.

Tengo que confesar algo. Yo tuve mi propia colección de latas. La empecé antes de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles '84, cuando Coca-Cola daba unas bonitas latas con un dibujito representativo de los deportes que forman parte de los Juegos. Tenía siete añitos.

Yo creo que un tipo a los veinticinco años tiene cosas mejores a las que aficionarse que a coleccionar latas de sardinas. Sólo es una opinión subjetiva, claro. Para gustos hay colores. Y cada cual es muy libre de tener su afición favorita. Pero arrastrar a un amigo de la infancia a un proyecto como éste me parece cruel.

En fin. Habrá que visitarla. Que criticar sin saber es una cosa muy fea.

Escrito por Besx a las Junio 18, 2004 03:03 PM