Cuando a esto le quedan dos telediarios, voy y me pongo filosófico. El título es de lo más pretencioso que puede despacharse y ni siquiera el que cuente como post número cincuenta lo justifica. Si empezara a leer algo como esto, pensaría que estoy ante un capullo o un ingenuo que se cree en posesión de la verdad absoluta o que ha leído demasiados libros de autoayuda. Pero que quereis que os diga, el blog es mío y me lo follo cuando quiero.
Creo que todo tiene que ver con una imagen que tengo en la cabeza, de la primera vez que estuve en Amsterdam,con Tim. No teníamos muy claro para donde tirar (¿museo? ¿Barrio rojo?), el cielo se oscurecía y amenazaba con soltar sobre nosotros todo lo que tenía.Tim se plantó delante de un plano para turistas al final de una de las calles principales y dijo: "Well, we need an aim" (necesitamos un objetivo). Llamadme cursi, pero me pareció una buena metáfora.
En realidad, el sentido de la vida consiste en darle un sentido, en encontrar un objetivo. Recuerdo como, al mes de estar en Eindhoven, me tiré una tarde buscando una caja de puntillas que quería utilizar para colgar en la pared un almanaque de gatos que había comprado, y terminar dándome cuenta de que no tenía martillo. ¿ Y que falta me hacía a mi poner un almanaque que apenas habré mirado un puñado de veces en este tiempo? Pues ninguna, pero es uno de los "aim" que me ayudó a pasar aquel momento nuevo y perturbador en mi vida.
El problema es que uno está a punto de cumplir los treinta, y ha tenido tiempo de darse cuenta que ser mayor no es como te dijeron tus padres, ni como te contaron en la escuela ni, mucho, como te muestran en la tele. Con tan pocos valores, resulta difícil no terminar dando bandazos.
En realidad, en este momento, mi sentido de la vida está en el cliffhanger. Cliffhanger es una palabra que se usaba para definir el "coitus interruptus" que suponía el final en las diferentes entregas de los antiguos seriales proyectado en los cines. Ya sabeis, la chica atada a las vías a punto de ser convertida en pulpa y el bueno a galope tendido tratando de salvarla, o la avalancha que se desplomaba sobre los héroes sin que se supiera, hasta el siguiente capítulo, si habían sobrevivido o no. Hoy en día, se utiliza para cualquier final en suspense, ya sea en el final de temporada de una serie de televisión o en el último estreno proyectado en dos partes, en un intento de no perder la atención del espectador.
Pues bien,en cuanto a mi vida, me muero por saber que va a ocurrir a continuación. Si conservaré mi trabajo, como será mi próxima novia o si algún día me decidiré a escribir esa novela que siempre digo que haré.
Me pregunto si, en definitiva, no se reduce todo a eso.
Posted by Bernardo at Mayo 7, 2004 12:07 AM
si me dices que encontraste tu objetivo... me avisas... yo todavía no encuentro el mio... como si hubiera sólo uno...
salutes!!
dp
Sí, se reduce a todo eso y a nada más que eso.
Tu blog, por cierto, es justo lo que me hace falta leer para acabar de hundirme en mi depresión. ¡Yuju!
Posted by: efe on Mayo 7, 2004 05:47 AMVAYA RALLAERA, TU
Posted by: lameri on Mayo 7, 2004 08:10 PMYo también me pongo muy filosófica a veces (y tú me ignoras), yo voy a cumplir diez más que tú y pienso lo mismo:necesitamos un objetivo y que este sea lo más mutable posible para que nos deje improvisar a gusto.Muchos besoss!!!!
Posted by: pepa on Mayo 11, 2004 09:53 AMEl momento en el que uno necesita buscarse su propio objetivo es el momento propicio para abandonar.
Corro a alquilar "Leaving LA", otra vez.
Posted by: efe on Mayo 12, 2004 03:41 PM