Mi hermano le pidió al vendedor que abriera la caja del portátil que me disponía a comprar y lo encendiera.El chaval preguntó con cierta curiosidad el motivo.Entonces explicó la leyenda. No sé si conoce a alguien al que le haya ocurrido,o a alguien que conozca a alguien que se haya encontrado en esa tesitura.
Quería asegurarse de que la pantalla no tuviera algún pixel malo, un transistor, un MOSFET precisamente, que no se encendiera. Un punto negro de tamaño de la cabeza de un alfiler que, si los hados te acompañan, quizás se encuentre en una de las esquinas de la imagen. Si por el contrario cae en medio de la pantalla estás jodido, porque el fabricante no te cambiará o reparará el ordenador a menos que el número de pixels defectuosos sea mayor que nueve.
El joven vendedor y yo nos giramos hacia la muchacha empleada por la financiera en busca de alguna señal de asentimiento. Ella se limitó a sonreír, dejando al descubierto una fila de dientes enjaulados por alambres de metal.
Posted by Bernardo at Enero 7, 2004 10:43 PM