Jueves, tres de la tarde. Llevo seis horas mirando graficas en la pantalla de un ordenador, estoy un poco aburrido. Reprimo un bostezo cuando entra un tipo cargando unas cajas por la puerta justo a mi espalda. Empieza a hacer sitio en la mesa del centro y me quedo un rato observandole, intentando adivinar que trama. Abre las cajas, al segundo siguiente el acuario, que es como se conoce familiarmente la habitacion donde trabajo, se llena de gente. La "cake party" ha comenzado.
Me levanto de mi asiento y me acerco al hombre que lo empezo todo. Articulo una pobre felicitacion de cumpleagnos en el idioma anglosajon, a cambio, recibo una invitacion a coger un apetitoso trozo de pastel. De crema casi no quedan, asi que me decanto por una porcion de bizcocho mojado en licor, cubierto de nata y salpicado de algunas nueces. A estas alturas, practicamente no cabemos y me dedico a intercambiar unas palabras con David, Frederick y una estudiante italiana cuyo nombre no recuerdo.
La fiesta dura lo que tardamos en dar cuenta de la tarta, Paolo, enfrascado en su layout, casi se queda sin probarla. El homenajeado recoge las sobras y se marcha. Quedamos los de siempre, no tengo mas remedio que volver a la pantalla de mi ordenador.