Ayer que pensaba que hace tiempo no escribo, pensaba también el por qué escribo o me gusta escribir. Tal vez porque en letras me escucho mejor. Tal vez porque nunca tuve un diario. Tal vez porque las cosas que se quedan en la mente, hay que dejarlas salir, porque en una de esas nos engordan...
Pero la verdad es que escribir me gusta, esa es la real razón.
Es plasmar en algún lugar aquello que me da vueltas en la mente, que me llama la atención o que, como dice el blog, se quedó en mis pensamientos de un día para el otro. Por eso empiezo con AYER, porque es el inicio de un pensamiento que no quedó en la almohada.
A veces mirar la calle me deja pensando, ver aquel perrito que busca algo en el jardín por un largo rato y finalmente huele y huele, para luego dejar su marca y seguir andando sin mirar atrás. O tal vez ese nuevo estilo de padres que ahora caminan relajados de la mano de sus hijos y parecen disfrutar ese papel de papás modernos. O pensar en aquellos padres que hablan por el celular durante todo el camino, perdiendo el momento de compartir con sus hijos y aprender sin duda de ellos, cuan simple puede ser a veces la vida.
Pero escribo tal vez porque luego, algún día, leeré nuevamente lo escrito y encontraré en las letras y en el tiempo, aquello que me hacía pensar, aquello que llamaba mi atención o aquello que simplemente sobrevivía a mi almohada...