En algún momento de la involución de la consciencia, lo que se llama conciencia secundaria tomó mayor distancia de la llamada conciencia primaria, en un acto impulsado por el mandato divino de hacer conocido lo desconocido. Y en ese momento la Luz o energía existentes entre ambas consciencias se fragmentó creando un universo bipolar. Dicho en términos simples; a partir de ese momento, dentro del contexto de la involución de la consciencia, emergió el positivo y el negativo, a partir de entonces el Hombre y la Mujer, el Yin y el Yang. A partir de entonces Luces y Sombras, los Opuestos. Espíritu y Materia a partir de entonces.
Aquella fragmentación de la Luz nos incumbe en la medida que nos impide, por millones de años lo ha hecho, tener una comprensión empírica de la totalidad de lo que somos. No quisiera alargarme más de la cuenta en un tema que es de suyo profundo. Solo decir que este dilema confrontó a la filosofía y a la teología por largos siglos, antes y después de Cristo. Decir que le costó una condena a Galileo Galilei e inhibió por años a Nicolás Copérnico para presentar su modelo heliocéntrico. Decir que el tema lo zanjó nuestro muy querido René Descartes cuando determinó en su Discurso del Método que la Ciencia y la Investigación se ocuparían de la realidad tangible y la Fe, entendida como la Iglesia, tomaría los dominios de lo intangible, salvándose de ese modo de la pira pero condenando a toda la Ciencia futura a persistir en aquella fragmentación.
Ahora bien, salta a la vista lo beneficioso que fue para todas las Ciencias Físicas tal determinación. A cinco siglos de aquel Discurso el desarrollo de la tecnología humana es verdaderamente exuberante. El avance de las Ciencias es tal que solo en el último siglo a salvado millones de vidas y ha dado un mejor confort y bienestar a la Sociedad Moderna. Pero adolece de un diminuto detalle; sigue considerando al hombre solo desde una concepción materialista. En un elemento más de su análisis, o en el mejor de los casos, comprendiendo solo un porcentaje de nuestra realidad. Y eso tal vez esté bien para las Ciencias Físicas pero no, desde mi humilde punto de vista, para las Ciencias llamadas Sociales. Y particularmente la que nos atañe que es la Económica. Oferta y demanda, conceptos absolutamente abstractos, regulan el precio de un producto. Cuando la economía se acelera debe ser frenada elevando las tasas de interés, elevando también con ello el precio del dinero y de ese modo restringir el circulante para reducir el consumo. Cuando se frena demasiado, debemos bajar las tasas de interés, para con ello hacer que el dinero seas más barato y circule con fluidez para incentivar el consumo. A mayor demanda sube la oferta y volvemos a empezar. Reglas estructurales. Reglas Fiscales... Cuando baja el Producto Interno estamos en problemas. No, quise decir en "serios problemas". Si continua bajando entraremos en recesión, se perderán los empleos. Y si los números resultan ser negativos estamos perdidos. Buscamos soluciones, medidas de ajuste, emitimos bonos de deuda... cualquier cosa con tal de salvar nuestra Economía. Pero se nos olvida un detalle que no es menor... ¿Quién nos salva a nosotros? El dinero fresco que entra viene a salvar a los Bancos, a las Unidades Productivas, al Equilibrio Fiscal. Nosotros somos solo elementos del tramado económico. Endeudados hasta el cuello, sin trabajo y sin recursos nosotros somos, aparentemente, el último eslabón de la cadena. Somos, qué duda cabe, solo materia.
Ahora la pregunta es; ¿Puede una disciplina que concierne al hombre dar comprensiones y soluciones, crear programas y sistemas efectivos si solo se enfoca en una fracción de lo que el hombre es? Si esto fuera pura Matemáticas te aseguro que el resultado sería erróneo. El resultado sería algo así como un sistema caótico. ¿Acaso dije; si esto fuera pura Matemáticas? ¡Pero si esto es pura Matemáticas!
Krishnamurti decía que la única manera de ordenar el caos externo era primeramente ordenando nuestro propio caos interno. Algo similar plantea el maestro Ramtha desde la perspectiva de ser tú quien crea tu propia realidad. Ideas nada despreciables. Me atrevería a decir que son incluso ideas deseables. Pero no me imagino esperando que casi siete mil millones de seres humanos ordenen sus conflictos internos en un breve plazo para que nuestro panorama global cambie positivamente. Un alto porcentaje de esos seres humanos tienen serios conflictos externos.... de supervivencia.
Hemos de seguir entonces esperando órdenes del FMI. Escuchando mil y una interpretaciones de esta crisis. Escuchando mil y una predicciones de mil y un economista de academia. Yo te puedo hacer una... o varias. Y no soy economista y estoy a años luz de la academia. Se nos va a caer China... Y ese si va ser un estruendo.
Para finalizar, algo que podamos meditar. Nunca antes en esta vida ni en otras, para los que creen en ello, hemos sido tan grandes, tan inmensamente poderosos como lo somos hoy. Tenemos dentro de nosotros el acervo acumulado de millones de años de empeño humano por ser mejores cada día. El dinero que los hace poderosos a ellos ha estado antes en nuestros bolsillos y se lo hemos entregado sin regatear. No crees que deberíamos tener la capacidad de hacérselo un poco más difícil...
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