Para una gran mayoría de las personas (por no decir todas) es inevitable pensar en el futuro, en que es lo que viene al final de hoy, dentro de un mes, dentro de un año o con mayores plazos de hasta 25 años? ¿Por qué nuestro país se resiste a hacer ese análisis?¿Es una defensa, una negligencia o un fervoroso seguimiento de la doctrina de "carpe diem"?
Personalmente creo que la teoría de la defensa es poco plausible y la doctrina de "carpe diem" no se ajusta a una idea de estado. Entonces solo queda la negligencia, la desidia y la irresponsabilidad de nuestros gobernados de producir planes a futuro. Y no hablo de un plazo corto de un período constitucional, me refiero, en cambio, al necesario "proyecto de país" que estamos buscando.
La negativa comienza desde un punto de vista estratégico, tanto político como económico, haciéndose visible en muchas declaraciones oficiales sobre la urgencia de la situación argentina, la situación brasilera o cualquier conflicto, ya abierto o en potencia, en el cono sur. Todos sabemos que las urgencias son prioritarias, pero también sabemos que ?prevenir es mejor que curar?, que para evitar recaídas es necesario desarrollar un plan, una estrategia a futuro, mirar más allá de los lentes esmerilados del presente.
En vista de esto, no entiendo porque seguimos tapando baches sin pensar en asfaltar o incluso en re-asfaltar. Argentina necesita un proyecto de país que incluya todos los sectores o al menos los más importantes: movimientos sindicales, el estado, los partidos políticos, las ONGs, las empresas más grandes, la ciencia, el agro, la industria, las religiones y los mismos ciudadanos.
Un pacto entre estos sectores sería un punto de partida, pero aún subsistirían problemas como los de que camino seguir. Es inevitable que los sectores defiendan sus intereses, pero es evitable que los antepongan a los intereses de la sociedad, pensando erróneamente que su riqueza puede subsistir o agrandarse, cuando a la sombra otros actores sociales pierden todo. Equilibrio sería una palabra adecuada para una reunión de este tipo. Equilibrio. Que las ganancias sean parejas para todos (en la medida de lo posible) y que lo mismo suceda con las pérdidas. Hay que distribuir mejor pero también pensar en agrandar la torta, con un horizonte cercano y también lejano.
No es seguro que alguna vez esto pueda suceder en Latinoamérica, incluyendo a la Argentina. No se trata de pesimismo, flaqueza o desmayo en el intento. Es solo una observación de alguien que ve como cada vez que tenemos una oportunidad de preguntarnos "que queremos hacer cuando seamos grandes", respondemos mandándonos una macana o dejando pasar la chance.
Miro a Japón, a EEUU, a Canada, incluso a China, a la India o a Singapur y me pregunto por qué no puedo, por qué no podemos ser como ellos (hablando de sus aciertos y no de una copia fiel que incluya sus "normales" errores, porque todos los tienen). ¿Será que nos falta atrevimiento? ¿Seremos capaces algún día de madurar como sociedad o seguiremos dejando pasar las chances?. Me resisto a pensar que los Pactos de la Moncloa hayan sido una excepción. Por el bien de Argentina y de otros países latinoamericanos, sería muy recomendable que no lo fuera.
Es bien sabido que Argentina no se caracteriza por tener una industria tecnológica. Como aferrados a un desatroso pasado, somos un país que sigue siendo el granero del mundo, aún cuando más del 15% de su población sea indigente.
Pero, ¿y entonces que hay para decir? Muchas cosas que, aisladas como están en este país, parecen ser apenas toques de "lo bueno" que puede tener Argentina en materia de tecnología e industria competitiva. Permítaseme explicar, haciendo una pregunta abierta: ¿quién ve con ojos llenos de esperanza los descubrimientos y los trabajos de la CONEA, del INVAP, del INTI? ¿No sabe qué quieren decir estas siglas y qué es lo que hacen?. Probablemente no sea el único, pero vale la pena que las investigue y que yo le aclare la duda.
La CONEA (www.conea.gov.ar) es la Comisión Nacional de Energía Atómica, el INVAP (www.invap.com.ar) es una empresa del estado, que ha creado satélites y hace desarrollo nuclear y el INTI es el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (www.inti.gov.ar) Estos tres organismos pueden ser considerados como un pequeño atisbo de lo que el país podría ofrecer como exportador de investigación, aún cuando por distintas razones el desarrollo de la controversial "economía del conocimiento" esté en pañales.
No debería este artículo terminar dando apenas una porción de información, de acceso público y potencialmente seguro por muchos habitantes de esta nación. Debería, en cambio, mostrar que mientras el país hacer agua por muchos lados, los investigadores que no renunciaron al sueño, siguen en sus puestos, desvelándose para consumar sus proyectos en medio de miserables becas que no alcanzan.
¿Por qué insistir con esto de que todavía existe tecnología de punta en Argentina? Porque a la luz de la actualidad, un optimismo moderado y realista nos puede infundir más voluntad. Porque a mí, como a muchos me hace orgulloso saber que Argentina es un país que exporta equipos de avanzada y que incluso aventaja al monstruo de las tecnologías novedosas: Estados Unidos. Un orgullo que puede parecer idiota, pero que conservo como ejemplo para las veces en que me ataca el deseo de tirar la toalla.
Y sin embargo, desde los estamentos oficiales no sea hace más que insistir en un viejo modelo productivista. ¿Cuál es el sentido de esto?. Hay muchos compatriotas que no quieren más ser sólo el granero del mundo, apuestan a un país con desarrollo. Lamentablemente, el desarrollo que muchos queremos sólo se obtiene a través de la industria y de los servicios, como ya lo saben y experimentan muchos países que, hasta dos décadas, tenían menos posibilidades de desarrollo que nosotros.
Que nadie me malinterprete; no quiero acabar con el agro, no quiero que dejemos de ser el granero del mundo. Quiero que también se le preste atención a la tecnología, porque es con ella con lo que vamos a salir de esta penosa situación.
Todavía tenemos una educación que puede producir científicos y técnicos, ¿por qué no aprovecharla?. Aunque destruida, la educación todavía motiva a algunos estudiantes que no se resignan a ser consumidores pasivos, que quieren saber porque el conocimiento es poder. Un poder que para Argentina debería formar parte de la frase "poder, podemos". Quizá ya sea hora.
Bienvenidos a este blog, que pretende ser solo otra voz (¿o debería decir voces?) sobre la realidad argentina y, en menor medida, latinoamericana.
Desde ya están todos invitados a participar, porque la opinión vale mucho, porque es el ciudadano el que tiene que levantar la voz y hacerse partícipe y porque la protesta es válida, pero a la larga estéril.
Mi meta es la de debatir, con orden y respeto, tomando propuestas de distintas ideologías sin caer en el obcecado fanatismo de invalidar lo que el otro propone, porque es de izquierda, de derecha o de centro. Al final, las ideas son ideas, no importan de donde vengan y no son directamente proporcionales a la fama de quien las exprese.
Animémonos y que nos aproveche. A ver si todos juntos podemos hacernos cargo y dejar de pensar "que la culpa la tiene el otro".