Veinticuatro sanjuanes bajo el brazo
y sólo estos dos versos mal armados.
La rima todo estorba y ya cansado
masco adverbios y escupo los pedazos.
Tres años más, tres líneas en mil días,
y el mismo hastío tiñe cada trazo.
No son suaves caricias, son zarpazos,
reflejos de una musa muerta y fría.
El asco y la impaciencia se entreveran
con rictus de pavor en las miradas
de aquellos que estas letras resistieran.
Mas hoy bendigo aún tus carcajadas,
tus guiños y tu afán de primavera
que obligan a parir tanta pavada.
Acá en este rioba hay bienudos sin grela
Y yo medio en bolas, sin fierro, varón
Tuve que largar el bufoso en Ezeiza
Y entrando la yuta me cacha el facón
Si calo el chambergo, me hirve el balero
Parao en la esquina con sol de neón
El jetra me pesa y los timbos, tan negros,
Se enchastran de arena y me como un garrón
La rubia que yira en aquel cabarulo
Se caga de risa de un pelpa de mil
Araca, papusa, enfilemos p'al bulo
En Flagler y Quince, junto al Burger King