Camino laxo, igual de complacido
(no sé si la palabra es impertérrito).
Te olvidaste de llevarte tus vestidos
negros. Los rojos no están, obvio. Te has ido,
escribiría si usara el pretérito
perfecto y no el porteño. Poco mérito
tiene acá dar pena en rima; es remanido
llorar en tierras de tango y ejércitos
de tristes que buscan aplauso y éxito.
Yo esquivo la metáfora. Yo te olvido.