Este fin de semana tenía pensado escribir y contar lo de la reunión con Sol y Aida... pero a mi conexión le dio por no querer funcionar en todo el fin de semana, así que me lo he escrito en un documento de word y lo voy a colgar a escondidas desde el curro, cuando mi jefe no mire.
Cuando le dije a Aida el sábado que iba a venir a cenar Sol, se lo tomó ni bien ni mal. O sea, que le gustó porque Sol le cae bien, y no le gustó porque se imaginó que yo había montado el lío para convencerla.
La cena estuvo muy bien. Sol apareció con un modelazo y una botella de vino, casi obligándonos a ponernos guapas para salir de fiesta "porque una pelea de convivencia sólo se arregla con alcohol y juerga". Así que cenamos: cociné yo, una ensalada buenísima de fresas y queso fresco y un pescadito marinado que a Aida le encanta y nos bebimos el vino de Sol y una botella de cava que Aida guardaba por ahí para una ocasión especial y que Sol se empeñó en que no malgastara con el idiota de Ángel.
Me da un poco de envidia ver como Aida le da siempre la razón a Sol cuando le dice las mismas cosas que le digo yo. Pero Sol es más convincente. Después de cenar y despotricar un poco contra los hombres (conseguimos que Aida nos reconociera que a veces Ángel es un poco acaparador y caradura).
Luego nos fuimos de fiesta, a un bar en el que Sol conoce a todo el mundo. Y cuando digo TODO EL MUNDO me refiero a TODO EL MUNDO. Cada dos minutos venía alguien nuevo a hablar a nuestra mesa, hasta que Sol les dijo amablemente que quería pasar un tiempo con sus amigas y nos dejaron en relativa paz.
Bebimos, hablamos y bebimos más. A mi no me acaba de gustar el alcohol, pero me tiré toda la noche a base de piñas coladas y cestitas de frutos secos. Luego, a eso de la una y cuando ya había perdido toda la vergüenza, saqué a Aida a bailar. Sol estaba de relaciones sociales, y nos dejó solas para que "recuperáramos la confianza y la intimidad".
Aidi, cómo no, se ligó a un tío. No sé que tienen las rubias, que los atraen como moscas. Estuvo un buen rato hablando con él y luego el pobre chico se largó con calabazas. Es una pena porque era mono, pero Aidi nunca traspasa.
A eso de las tres, cuando nos echaron del bar, Aida estaba mucho más borracha que yo, así que me tocó arrastrarla hasta casa (por suerte no estábamos muy lejos), quitarle la ropa y meterla en la cama. Le hice ver que yo era mucho mejor en eso porque Ángel se aporvecharía de su borrachera y le haría cualquier cosa. Ella me lo agradeció vomitando en mi falda.
El domingo por la mañana estaba muy seria, supongo que en parte por la resaca. Luego se fue a comer con Ángel y volvió tarde. Yo estaba en el cuarto, y cuando fui a salir para hablar con ella, me dijo que se encontraba mal y quería irse a dormir... A saber qué le habrá dicho el tio ese.
¡AY! Me ha llamado Sol hace media hora. Que a un amigo suyo le hicimos mucha gracia (imagino que otro amante de las rubias) y que nos invita a su cumpleaños el viernes. ¡No me lo pierdo!
Escrito por Azul a las Abril 19, 2004 12:44 PM