Siguiendo el Amazing actual, el de Straczinsky (que suena a supervillano de Batman), uno puede sacar dos conclusiones rápidas respecto a unos números cada vez más alejados en el tiempo: la saga del clon ha caído, al igual que la posterior reescritura de Byrne, en el más absoluto de los olvidos. Es como si no hubiera existido, y la verdad es que salimos ganando. Entre las cosas de esa época que no pasaron se encuentra la supuesta muerte de Tía May, que al final resultó estar en manos del Duende Verde, que a su vez había sustituído a la original por una actriz, que es la que murió frente a Peter. Ya, una gilipollez. Total, que la Tía May sigue vivita y coleando hoy día, y además ya sabe que Peter Parker es Spider-Man, y viceversa (¡cómo olvidar la maravillosa página de Romita Jr. en la que lo descubría!). Siempre puede darles otra pájara en las oficinas de Marvel, porque ellos son así, pero en principio sigue viva, más viva que nunca. Además, gráficamente hablando, parece joven. Quiero decir: en 1963, cuando empezó la serie, Tía May era una vieja arrugada, clásica en el vestir, ... Hoy día, más de 40 años más tarde, parece más una mujer de unos 55-60 años, un tanto más actual. Lógico, vale, no hay problema.
Mark Millar es, más que otra cosa, un tío listo que se ha encargado de algunos de los mejores momentos comiqueros que hemos pasado en los últimos años, sobre todo con The Ultimates, Superman: Red Son, o su destacable etapa en Authority. El hombre no se corta en admitir que él lo que quiere es crear una serie de su propiedad, venderla a Hollywood, y forrarse con los royalties, una sinceridad que le honra. Pero como no es de escayola y tiene que comer mientras suena la flauta, el hombre va haciendo otros trabajitos, y uno de ellos fue Trouble, para el resucitado-e-inmediatamente-vuelto-a-enterrar sello Epic. Los protagonistas de la serie son ni más ni menos que May, Ben, su hermano Richard, y su futura esposa Mary. O lo que es lo mismo: tíos y padres del futuro Peter (¿Parker?). La serie se sitúa aproximadamente a mediados de los '60 (o eso se deduce por pistas "de actualidad" que surgen en los diálogos), pero sin embargo no parece formar parte de la continuidad del Universo Marvel, entre otras cosas porque Bucky Barnes, que aparece fugazmente hacia el final del cómic, sigue vivo. Tampoco parece estar enmarcado en el Universo Ultimate, dado que Richard va a alistarse en los marines, y eso no encajaría con su perfil Ultimate. En fin, que es un What If...?, más que otra cosa, en el que se dan nombres pero no apellidos, y que culmina con el nacimiento de un bebé llamado Peter, en manos de Richard y Mary.
No hay superhéroes en este cómic, sólo adolescentes con las hormonas por las nubes que sólo piensan en Lo Único, y eventualmente llegan a conseguirlo. Decenas de veces. Como adolescentes que son hay puñetazos, gamberradas, pullazos, burlas hacia los más viejunos, folleteo, cuernos, borracheras, ... Oh, y claro, descubrimos ese secreto de la Tía May, una jovencita un tanto ligerita de cascos, que para nada encaja con la viejecita que presentaron Lee y Ditko... aunque a mí me parece que sí encaja con la actual. La bola de mierda que da como resultado el nacimiento de Peter está bien pensada, y hasta tiene su componente mágico. Eso sí, uno no deja de sentir lástima por el pobre Ben. Es un cómic tragi-cómico-romántico-juvenil-y-mil-cosas-más, una gamberrada de Millar de la que Marvel no se atrevió a afirmar nada, "podrían ser o podrían no ser los padres de Spider-Man". Lo mejor es tomárselo como una curiosidad, y no darle demasiadas vueltas al hecho de si esta historia era necesaria o no. Yo disfruté con su lectura, que en el fondo es por lo que se paga.
Adultolescente | Febrero 11, 2005 02:06 PM