Adultolescente

A verlas venir

Supongo que tod@s habrís oido hablar, aunque sea de refilón, de ese edificio que se hundió en Barcelona hace pocos días, por las obras del AVE. Pues bueno, el caso es que tanto en mi edificio como en todos los que le rodean, los balcones tienen, desde hace meses, una pancarta que pide que el AVE pase a mayor profundidad, para evitarnos a nosotros las vibraciones. Porque sí: el AVE va a pasar justo por debajo de donde vivo. Ahora que ese edificio se ha hundido, en una zona en la que los informes decían que no había peligro (y como consecuencia no pocas familias lo han perdido todo: desde las fotos de la comunión hasta su perrito), aquí estamos con la mosca detrás de la oreja. Pero el colmo fue ayer, cuando en un telediario salía nuestro barrio, nuestra calle, la peluquería a la que va mi madre, NUESTRO EDIFICIO como zona de riesgo. Córcholis. La Sagrada Família no está muy lejos de aquí, y por lo visto en esa zona desviaron el trayecto del AVE a última hora, no fuera a ser que la Obra Maestra de Gaudí (es que yo me quedo embobado cada vez que paso por delante... y paso cada día) se convirtiera en escombros. ¿Y qué hacer si de repente llegan los bomberos y nos piden que abandonemos nuestro hogar? Estamos desarrollando un plan de emergencia: tenemos dos gatas, pero sólo una jaula, así que hay que comprar otra. No podemos llevarnos todas nuestras cosas, así que cada uno elegirá diez. Hay que tener una maleta con ropa límpia por persona. Y se acabó ir en pijama por casa: en adelante los sustituiremos por chándals. Bueno, tampoco creo que se vaya a hundir mi edificio, o que vaya a quedar inhabitable. Es para reírnos un rato con algo que en realidad no tiene gracia alguna.