Adultolescente

Nowhere else to roam

Acabo de darme cuenta de que debería cambiar el banner en breve, pero de momento es un imposible. Mi disco duro murió hace cosa de dos semanas, y con él todo lo que contenía, que no era poco, lo cuál incluye el Photoshop. Lo tengo en un cedé, en algún lugarde la mazmorra, supongo. El problema es ponerse a buscar, no hay ganas. De hecho aún ni me he molestado en instalar el Word, que tengo perfectamente localizado, y se supone que tengo que hacer deberes para ya mismo. No tengo ganas, la verdad.

Ahora paso el tiempo leyendo El Juego de Ender, librito que me han ido recomendando durante años muchas (y muy distintas entre sí) personas, y yo no había hecho caso. Craso error, porque me ha enganchado de mala manera. Lo que me molesta, al menos ahora mismo, es que sea una saga. O dos sagas, por lo que he leído. Aunque eso ya lo decidiré en el futuro, cuando haya acabado de leer este y haya leído el resto, si me molesta o no. Ahora me molesta más por la compra en sí que por la continuidad. De hecho, si por mi fuera, este libro podría ser infinito. Tampoco quiero desvelar nada, pero algún que otro pasaje centrado en videojuegos es brillante. Ahora estoy en ese punto del libro en el que Peter y Valentine planean... lo que planean. Después me pondré a leer, al fin, Snow Crash. En los intermedios me leo los tres tomos del Spider-Man de Lee y Ditko mezclados con los seis de Las Historias Jamás Contadas de Busiek, siguiendo la cronología que publicó Julián Clemente en Bajo la Máscara (y en el tomo 6 de LHJC). Toda una experiencia, de momento, al menos por lo que a Betty se refiere. Después el plan es empezar a coger el ritmo con el de Romita. Ya me leí la mitad de la serie, hasta el 40 más o menos, pero después se fue quedando colgado, y para cuando me he dado cuenta tengo casi 30 números sin leer. 30 números que contienen tres o cuatro números USA cada uno. Con tiempo y una caña... Vamos, que son días puramente ociosos, en los que hay que mantener la cabeza ocupada como sea.

La verdad es que no esperaba muestras de apoyo con el asunto de Sergi por aquí, era más un desahogo después de la tarde que pasé en casa de mis tíos que otra cosa, una forma de ordenar ideas nada más llegar a casa, pero agradezco sinceramente a Raúl, Andrés, Putokrio, y Lindyhomer sus muestras de apoyo. A algunos los conozco en persona, a otros no. La verdad es que cuando pasan cosas así, la percepción del mundo cambia para siempre, hay que buscar un nuevo Equilibrio, y en pocas miradas uno detecta Comprensión, pero no está de más encontrar alguna que otra mano amiga. Hablando de lo cuál, sí he echado alguna de menos. Supongo que a veces me equivoco en mis juicios respecto a quién es amigo, y quién no ve más allá de la punta de su nariz, esa gente que sólo te tiene en cuenta cuando puede sacarte algo.