Adultolescente

Go Retro!

La primera vez que me conecté a Internet fue buscando emuladores y ROMs. Leí un artículo sobre emulación en Micromanía (número 40-y-algo de la etapa actual, en el otoño de 1998), y eso me descubrió un nuevo Universo. El artículo hablaba de emulación de Neo Geo, recreativas clásicas, ordenadores y videoconsolas, e incluso incluía una pequeña entrevista con Nicola Salmoria, el creador de M.A.M.E.. Yo en aquél momento no era consciente de la existencia de aquél mundillo, así que fue un shock: ¿podría volver a jugar a Legendary Wings después de tanto tiempo? ¿Y sería IGUAL que la recreativa? Años atrás siempre soñaba con comprarme tal o cuál recreativa, llevármela a casa, y poder jugar para siempre a Devil World. Ni en mis mejores sueños pude imaginar una base de datos jugable como es M.A.M.E., ni jugar con el carísimo Mega CD en un ordenador. En el CD de la revista se incluían algunos emuladores (Genecyst, Nesticle, M.A.M.E., y puede que alguno más), sin embargo ninguna ROM, ya que era ilegal. El artículo, no obstante, reseñaba algunas webs en las que encontrar lo que buscaba. Había que actuar.

Armado con ella y dos cajas de diskettes me dirigí a un cibercafé, carísimos por aquella época (no diré en público lo que costaba una hora de conexión... ¡a 56 Kb/s! y encima con los putos ABBA como música de fondo), y comencé mi búsqueda de ROMs. A pesar de que la mayoría de las webs citadas en el artículo ya no funcionaban (que rápido cayeron...), las páginas dedicadas a ello abundaban en aquella época, y la gran mayoría de ellas ya no existen hoy día. En español estaba EmuSpain, que desapareció hace algo así como cuatro años largos, y en inglés The Vault o Dave's Classics, que feneció tras ser demandada (y condenada) por violar el copyright, entre muchas, muchas otras. Así que, rodeado de la muchachada que iba a jugar en red a Quake (I), Unreal, o Starcraft, o a chatear, estaba yo con mis ROMs, llenando diskettes como un loco, e ignorando a propósito que la palabra más buscada era “Sexo”. Para mi eran “Emulation” y “Roms”. Los primeros juegos que busqué fueron las recreativas que más me habían marcado: 1942, Galaxian, Xain'd Sleena, Salamander, Empire City, Legendary Wings, Out Run, Commando, Slap Fight, Valtric, Rygar... Y por supuesto juegos de consolas que siempre había querido pero no me había podido permitir. Los juegos que quería tener se contaban por decenas, y pasaron a ser centenas cuando empecé a estudiarme el gamelist.txt del M.A.M.E. y a navegar por webs dedicadas a juegos antiguos.

Aquello estuvo bien un tiempo, pero no era suficiente, ya que mi colección aumentaba con una lentitud desesperante y a un precio demasiado elevado. Sin embargo un día di con una web regentada por unos personajes que vendían CD’s repletos de ROMs. Era mega-ilegal, por supuesto, pero por el precio de dos o tres sesiones de cibercafé podía tener 100 veces más material. Cabe señalar que en aquella época una grabadora de CD's no era precisamente barata, y yo no tenía una. Además el disco duro no era eterno, ni tan grande como los de hoy día, y había que buscar una solución. Las matemáticas no mienten, así que impulsé mi colección con los CD’s de Mega Drive, Super Nintendo, el CD Emulator 1 (por aquél entonces sin 1, ya que no existía el 2... tampoco existía el de Nintendo 64 porque su emulación estaba en pañales), y los dos de Neo Geo (que eran 2x1, ya por aquél entonces). A día de hoy es un robo a poco que tengas ADSL y sepas de dónde sacar las cosas (o conozcas a alguien dispuesto a grabártelo), pero en aquella época era una ganga. Así pues les envié un e-mail, el primer e-mail que envié en mi vida. Ni siquiera tenía cuenta de e-mail, ni conocía los fundamentos de este, ni la tuve hasta un año después cuando Internet entró en casa, simplemente le di al enlace de contacto y se abrió el Outlook Express. Me imagino que les llegó un e-mail a nombre del Ciber, y yo nunca supe si respondieron o no. El caso es que dos semanas más tarde recibí los CD’s, y fue una experiencia cuasi orgásmica que duró meses, hasta que terminé de repasarlo todo (en aquella época no tenía mucho tiempo libre...).

Cuando conseguí hacer funcionar el Salamander, uno de mis Juegos Favoritísimos de Todos los Tiempos, con el Sparcade (Salamander aún no estaba emulado por el M.A.M.E.), casi se me saltaron las lágrimas. Las partidas al R-Type con el M-72 fueron memorables, como lo fueron las de DragonNinja con el X-Dragon. Tiene gracia ver que el M.A.M.E. va por la versión 0.86, y yo empecé por la 0.33.

Hoy día no tiene ningún misterio, basta con buscar un pack en el emule y esperar a que se baje. Desde el M.A.M.E. hasta la Wonderswan, ahí está, esperando, sin ABBA, sin diskettes, sin dar explicaciones de lo que estás haciendo con el Winzip, y sin enviar e-mails con cuentas ajenas. Dentro de toda la nostalgia que envuelve a los emuladores, eso es lo único que no echo de menos.

Adultolescente | Agosto 29, 2004 04:33 PM