Adultolescente

Link + Cosas

Menudo día. No sé qué pasa conmigo: siempre, SIEMPRE, acabo trabajando en domingo. Bueno, sí que sé lo que pasa: el resto de la semana soy un vago, y se me acumula todo a última hora. Hoy es más difícil, porque mi hermano compró el Madrid-Barça en el digitalismo (ha ganado el Barça, a todo esto)(lo diría con más emoción, pero sucede que a mí no me gusta el futbol), y está la casa (el salón) llena de hooligans, y huele a tortilla de patatas. Mi gata se ha escondido debajo de la cama. Y yo renuncio a darle más vueltas a un texto sobre Splinter Cell. El juego es más difícil que Metal Gear porque lo es, y punto. En fin, que una de Mis Labores esta tarde ha sido pasear por blogs y más blogs (por una vez sin dejar comentarios de ningún tipo), mientras hacía ver que estaba estresado. También llevo una hora peleándome con el BitTorrent, porque me baja corrupto un pack de manuales de NES escaneados.

A lo que iba (tranquil@s, que todo está relacionado). Pasa una cosa: yo una vez compré la revista Kabuki. Si, perdóname Padre, porque he pecado. Mucho ojo, que es muy raro que yo compre una revista, sea de lo que sea. No digamos ya "de manga y anime" (y Kabuki, en las tiendas, estaba al lado de cosas como Neko). Mi excusa era que en aquél número había un reportaje sobre John Woo, personaje en el que estaba interesadisisisisisimo en aquella época (¿1995? ¿1996?) tras descubrir que Él había dirigido Blanco Humano, esa O.M.A.. Pero claro, a ver quien se lo cree. El tendero me lanzó una miradita de complicidad que no me gustó nada, y algún que otro otaku de mierda me miró con cara de ir a acuchillarme en cuanto me despistara. Los otakus de mierda con cierta solera aún tiemblan cuando escuchan la palabra Kabuki. Y la culpa es de Jorge Riera a.k.a. Putokrio.

En fin, que visitando su blog (¿veis como sí que hay relación entre el primer y el segundo párrafo?), me lanza la proposición de linkarnos mutuamente, salvo que me dé miedo que la mierda me salpique. Y para nada. Linkado está, y antes de cenar. Y añado: si la mierda me salpicara, el único cambio apreciable en mí sería un aumento de volumen. ¡Bienvenido sea!

Otra cosa que quería comentar antes de empezar la semana: en efecto, me compré un libro en el día señalado, es decir, en Sant Jordi (porque me sale de los huevos, y si te pica te rascas, epatante de tercera). Fui al centro andando (para no pagar transporte), jugándome la vida entre masas de ciudadanos ávidos por comprar un libro, a ser posible El Código DaVinci, "el de Harry Potter", o "el del Buenafuente" (los más vendidos, dicen, no sé si con retintín). Durante la ida me preguntaron ocho (8) veces (las conté) si quería una rosa, lo cuál me llevó a dos reflexiones: a) ¿Dónde se meten los gitanos de Barcelona el resto del año? Yo sólo los veo en Sant Jordi, vendiendo rosas; y b) ¿De verdad me han visto a mí cara de ir a comprar una rosa? ¿De verdad creen que YO tengo alguien a quien regalarle una rosa? Ya llegando a la zona del FNAC de Plaça Catalunya, que era mi objetivo, me topé con una marabunta de impresentables, y allí fue donde recordé aquello que debió decir Nietzsche, pero yo atribuyo a Marilyn Manson: Un sólo hombre es inteligente, un montón de hombres son estúpidos. Y es que cuando los Barceloneses coinciden en un mismo punto de la ciudad, se mueven como guiados por una estupidez comunal-insectil que a mí me resulta incomprensible. No interpreto correctamente el código que utilizan para moverse, y siempre tengo la sensación de caminar en contra-dirección. Que manda huevos, con lo ancha que es la calle. Es como Jumanji, pero con personas vestidas en plan moderno. El interior del FNAC no era mejor que la calle. Yo me arrastré como pude hasta la sección pajera, y me hice con un ejemplar del primer volumen del Criptonomicón (versión tocho para sibaritas, no la de bolsillo). A casa volví en metro: Para cuando conseguí salir del FNAC (¡10 minutos en la cola para pagar!) ya estaba hasta los huevos de humanidad. Ni hablar de ir a las ramblas.

En fin, llevo leídas unas 100 páginas del libro en cuestión, y está resultando una lectura realmente apasionante. Lo cual me jode, porque he de comprar los otros dos, y ya no me queda dinero. Y también quiero Snow Crash, a la voz de ya.