Mariposas interestelares

leeme

algún día hablaré contigo seriamente sobre lo que fue nuestro y, si tengo suerte, te haré comprender mil cosas que aún no sabes (las tienes guardadas en tu disco duro, en una carpeta muy escondida, llamada madurez). algún día... tranquila, tú no tendrás que decir nada, ya hablaré yo, que me gusta, y tengo muchas cosas que decirte. ganarías muchos puntos conmigo si encontraras tú sola la carpeta; si lo haces, quizá te cueste un poco aceptar tu propia verdad, porque yo he llegado a la conclusión (de una forma egoísta, más que nada para no volverme loca buscando una respuesta coherente a tu comportamiento) de que ni tú misma sabes las cosas que haces. no lo entiendo, pero mira... ¿qué le vamos a hacer? cada uno es como es, y yo me enamoré de ti corriendo el riesgo de conocerte del todo. supongo que he llegado a conocer partes que ni tú misma conoces, que nadie más conoce, sino yo. y son partes que no me gustan nada, pero nada, partes que me hacen desear no haberte conocido, si te soy sincera (que es mi estilo, sabes que siempre hablé las cosas contigo). pero bueno, algún día lo hablaremos. y ojalá leas esto, porque sé que dije que no te dedicaría ningún post más, pero... ¿qué quieres que haga si leo cosas que me dejan pasmada? ojalá lo leas, porque me gustaría terminar esta especie de comunicación interblogera, por así llamarlo. en fin. cuídate.