Mariposas interestelares

¿Quién se siente más solo? ¿El que está rodeado de gente, o el que está rodeado de sí mismo? ¿Qué es la soledad? ¿Qué significa? ¿Qué entraña? ¿Por qué existe? ¿Conocemos algún estado equiparable o contradictorio, totalmente contrario a sentirse absolutamente solo, aislado, raro, desconocido? ¿Se está alguna vez 'no-solo'?
Yo me siento sola siempre. Y no sé hasta qué punto es culpa mía; ¿cuándo comencé a ser así, tan callada, a estar tan ausente de todo, a no darme cuenta de que estoy viva? Las mariposas, antes de ser tales, son larvas, y sufren un largo proceso de metamorfosis que las sume en un estado de aislamiento del que sólo pueden salir cuando rompen la crisálida que las oprime; una vez lo hacen, son totalmente bellas y libres y bellas. Y yo aún estoy luchando contra esa telita aislante, que me prohibe con fuerza un atisbo de libertad, que no me deja vencerme a mi misma y me obliga a tirar la toalla una y otra vez. Y si ya no tengo fuerzas, ¿quién ganará el último asalto por mí? ¿Quién sudará para que yo no me pierda?
Mi vida ha dejado de tener sentido, hasta tal punto que podría ahogarme ahora mismo dentro de mi celda de seda y no darme cuenta de que me falte el aire. Quizá necesite, en el fondo, sólo alguien que sepa qué botones pulsar para que espabile o para que, de una vez por todas, ponga a funcionar algunos pensamientos que me asaltan de forma esporádica. Es posible que un día de estos me dé un ataque de histeria y rompa todo lo que encuentre a mi paso contra el suelo, incluida yo misma y nadie, absolutamente ninguno/a de vosotros/as o de ellos/ellas se entere jamás. Me corre por las venas una agresividad pasiva arrebatadora que suelo utilizar contra mí misma la mayoría de las veces, masoquismo puro y duro que me flagela las sienes y el cuerpo, e imprime cicatrices invisibles en mi piel que pican y sangran y lloran y se quejan sin respuesta alguna. Nadie escucha, nadie entiende, nadie se preocupa... Y yo misma estoy tan cansada, tan magullada, tan autoconvencida de mi poco valor como persona, como mujer, que no soy capaz de curarme las heridas.

Cuando era una niña, solía pensar que estaría sola toda la vida. Quizá, esté iniciando ahora una rápida escalada hacia mi preconcebido destino. Soy presa de mi propia paranoia.