quisiera pasear sobrevolando el mundo y trazar con los dedos los bordes oceánicos. poner un pie en la tierra y otro en cualquier planeta en el que no ondee luego bandera ni recuerdo; que la huella que deje la deje en mi memoria, para visitar luego el lugar diez mil veces.
en un coche sin frenos con límite de alcance, pintaría autopistas donde no las hubiera; porque allí los caminos están hechos de estrellas y de arpegios que brotan de la lira de Orfeo: él descansa en su Vega y observa a Casiopea, que se siente acosada por miles de pupilas. pararía en Neptuno y bebería leche - elixir muy de moda por entre aquellos lares - y, sin afeitar el bigote canoso, marcharía de nuevo en busca de aventuras.
un poco más arriba, cuando todavía se escuche la exquisitez de Orfeo, podría ver enorme un monstruo con historia: un dragón de colores que brilla como el fuego y que huele a mi casa... Hespérides, doradas, árbol de savia roja, islas afortunadas... me sentaría un rato a lomos de la bestia, y besaría apenas su mirada de hielo.
Escrito por Acid_Burn a las Agosto 21, 2004 11:40 PM