Mariposas interestelares

a day in a life

ayer estuve en un estudio de grabación. sí, sí, pariendo un disco. pero no, ningún productor me ha escuchado cantar casualmente y se ha dado cuenta de que soy la nueva imagen de su formato super comercial (por desgracia... o por suerte). es sólo que le hemos grabado un disco a la directora de mi colegio, para regalárselo a final de curso. ¿la razón? pues que este año terminamos y segundo de bachiller siempre le regala algo a la dirección. y nosotras somos tan condenadamente originales que hemos decidido grabarle un disco con todas las canciones que hemos "compuesto" a lo largo de estos dos años de bachiller.

y es que sí, en un colegio de monjas se llevan a cabo actividades, como poco, algo raras. bueno, lo cierto es que a mí ya no me lo parecen, me he acostumbrado a ir a misa todas las semanas (o casi), a cantar en la iglesia, a celebrar el día de la paz, a ayunar una vez al año, a irme de retiro a monasterios, a comprar regalos a los profesores a final de curso... y ya no me resultan extrañas este tipo de cosas. pero lo que está claro es que en otro colegios estas cosas no se hacen.

otra cosa que nunca me había detenido a pensar pero que me has hecho plantearme: tan extraño es que los profesores y las alumnas (sí, en mi colegio somos sólo chicas) seamos tan cercanos? supongo que tiene que ver con que, ciertamente, somos muy pocos (unos 1200). pero el caso es que los profesores se saben el nombre de todas nosotras, nos tratan con respeto, incluso cariño. igual que nosotros los tratamos a ellos. en mi colegio hay profesores a los que yo adoro, que han hecho por mí más de lo que pueden llegarse imaginar, entre otras cosas porque jamás les he dicho nada al respecto. no porque me de vergüenza, sino porque no he tenido la oportunidad. pero lo haré, sin duda; me queda menos de un mes para acabar los exámenes y graduarme, y el día 16 de junio será la última vez que vea a muchos de ellos...

en fin, no sé, los voy a echar de menos.