Me siento incapaz de acallar las voces de mi mente, que se expanden como veneno por mi cuerpo y asesinan mis sentidos. La música suena, me envuelve, me eleva y parece, por un instante, un analgésico, un calmante, una canción de cuna que las hunde en un ligero sueño. Pero un ínfimo acorde, repleto de silencio, las despierta de su mortal letargo; mortal, porque perdida en mil sonidos no estoy viva. Porque una palabra suya, un grito suyo, bastará para sanarme... Y así despierto yo, de nuevo, rodeada de voces que surgen de la nada para volverme loca, para quitarme el sueño y devolverme la angustia, para hacerme callar... Voces.
Son todas las voces del mundo contenidas en mi mente. Todas murmuran, todas hablan, todas gritan... todas, excepto la mía.
Escrito por Acid_Burn a las Diciembre 12, 2003 03:23 PM