Sobre el amor...
Hoy me he encontrado navegando por el universo blogger de internet y buceando en las profundidades he llegado a dialbit Allí se propone un debate global entre bitácoras que enriquezca la sabiduría de todos los que participan, y en estas fechas que nos encontramos, que mejor tema que el amor! Pero ¿qué es el amor? ¿Realmente existe?... Esta es la visión de una persona poco dada a enamoramientos y muy racional, tal vez demasiado...
Dicen los científicos que es algo químico, una simple reacción en cadena de nuestro organismo provocada por un roce, un olor, una mirada... Una liberación de hormonas que nos hace padecer una serie de síntomas que identificamos con el enamoramiento. Como toda reacción química tiene un principio y un final y se acaba cuando los ingredientes de la solución se han consumido por completo. ¿Pero como llegar a creer eso cuando la sabiduría ancestral dice que ha movido montañas?.
En nuestra vida diaria, acelerada, superficial y cada vez más carente de valores, la única esperanza que nos queda es la existencia del amor. En su nombre cometemos locuras, tomamos decisiones que de otra manera no tomaríamos, nos tragamos el orgullo, nos atrevemos a vivir parte de nuestros sueños... Si las utopías ya no existen y destruímos el componente mágico e irracional del amor, qué nos queda! Espero no tener que buscar nunca un catalizador para una reacción química, preferiría encontrar el amor de mi vida (o del tiempo que sea y dure).
Cuando miramos al firmamento, al suroeste de Orion, encontramos a Sirio, la estrella más brillante del firmamento. Pertenece a la constelación del Can Mayor que simboliza a uno de los perros de Orion, el cazador.
Sirio, en griego, es ardiente, abrasador y pese a que no sea una de las protagonistas para los observadores de este hemisferio norte donde vivimos, siempre ha sido un punto de referencia para muchas civilizaciones.
Espero que el blog, pese a ser una estrella sin protagonismo más del inmenso firmamento que es internet, sea un pequeño punto de referencia en vuestro navegar diario (o esporádico) por la red.
Sabado 14 de Febrero, día de los enamorados. Son las 05:06 horas, bueno, ya es domingo 15 de febrero, día de los no correspondidos y aquí estoy escribiendo en el PC, en lugar de estar lanzando miradas cálidas e insinuantes (carentes de ningún mensaje implicito) o jugando con la frivolidad de los sábados noche en una discoteca, que de paso sea dicho, no adoro especialmente. Final de semana de una semana, valga la redundancia (esta vez no es rebuznancia) especialmente extraña. ¿Alguna vez habéis tenido la sensación de vivir en una ley de Murphy?. A veces ocurre...
Siempre he tenido la sensación de que el universo premiaba las buenas acciones, pero no, esta semana he llegado a la conclusión de que no, simplemente te da las oportunidades y si no las aprovechas, por muy perro que le conviertan a uno, no te va a dar una palmadita en la espalda ni te va a decir, que bueno has sido. Probablemente le dé a alguna otra persona la posibilidad de volverse un perro contigo y además la aprovechará y tu acabarás destrozado como una florecilla del campo pisoteada por algún animal de establo (vaya comparación!).
Supongo que estoy encendida y de ahí mis comparaciones y mi estilo especialmente cortante. Hoy ha sido una mala noche. Algún capullo me ha robado la cartera. Por una parte se cumple la ley de murphy de si algo va mal podrá ir peor, la semana iba mal y esto ya la ha rematado y por otra parte me encuentro con situaciones irónicas, como aquel que coge un avión por primera vez en su vida porque le da miedo y se estrella. Al final obliga a pensar si realmente el destino nos juega una mala pasada de vez en cuando como si estuviera gastándonos una broma pesada, nunca me pongo pendientes y hoy que los llevaba en la cartera, me la roban... nunca salgo bien en las fotos y para una que salgo bien y la pongo en el dni, me lo roban... nunca, nunca, nunca... vaya palabra esta!
En fin, hoy para mí es un mal día, y para colmo de males, es un día de esos en los que no sabes donde colocarte, el día de los enamorados. Al final, tal y como va mi cabecita loca, como decía Amaral, una no sabe si quiere estar en el 14, en el 15 o directamente pasar al 16 y olvidar que el 14 es un día inventado por el corte inglés y el 15 un día de consolación que no gusta a nadie y que seguramente inventó algún graciosillo enamorado que celebró el día de san valentin. Lo que menos me gusta de esta fecha es la pregunta de rigor sobre que día es el que uno celebra, como si todo el mundo tuviera que colocarse en uno de los dos días obligatoriamente y celebrar!!!! Mi cabeza no sabría donde colocarme, de hecho ya ha perdido el norte y se encuentra bastante dispersa en cuestiones de amor. Busca una señal que la haga salir de las sombras pero no la encuentra.
En fin me voy a dormir y a llorar un rato a la cama, creo que esta semana ya he llegado al nivel máximo de frustración permitido por mi subconsciente y mejor lamerme las heridas cual loba herida (toma ya!) que ir a una discoteca y liarme a golpes con el primero, o segundo, o tercero o decimonoveno que me empuje o me diga algo de malas maneras, aunque seguramente tampoco lo haría.
He decidido que a partir de ahora escribiré este diario (o semanal, o mensual, o lo que sea...), no todo van a ser reflexiones profundas, siempre hay que poner un contrapunto ligero, gracioso, dicharachero... Ese puntito de frivolidad que da la salsa de la vida.
Vivimos en un país frivolo... ¡y lo que nos gusta!
Recuerdo el día que leí un blog por primera vez. Era una historia sencilla, cotidiana. En ella se reflejaba el cúmulo de sensaciones que todos vivimos y sentimos a diario, pero la diferencia estaba en la capacidad de esa persona al expresarlo. No es fácil liberarse de la máscara diaria y sentarse a escribir como quien va al diván de un psicoanalista y deja fluir sus más intimas emociones, frustraciones y miedos. Todo eso y mucho más es un blog, un lugar donde compartir y aprender. Un lugar para todos.
La distinguí a lo lejos, camino de casa. Su silueta inconfundible, su pelo rubio, sus ojos azules... me hicieron recordar como en tiempo fue la venus de los sueños de mis compañeros de clase de instituto.
Hoy esos ojos han perdido el brillo. Tras ellos sólo se esconde el miedo, camuflado por el sueño artificial del que no quiere ver y prefiere perderse en la desesperación del engaño.
Sumergida en un mundo oscuro vaga por la calle al atardecer, rozando la noche, la real y la suya propia, buscando esa ración diaria de sueños que eclipsan sus verdaderos problemas.
Sólo quedan anhelos de algo mejor, promesas incumplidas e ilusiones que le hacen venderse por la inocencia perdida. Sus ojos ya no tienen brillo. Ya nunca será la que era, hace tiempo que venus cayó del pedestal de los sueños.
Bases rítmicas envolventes, voces suaves, letras sugerentes... eso es el chill out. Su universo, una metáfora de bienestar donde relajarse y disfrutar.
Cuando el estres invade cualquier signo de cordura existente en mi mente, no hay nada más efectivo que cerrar los ojos y dejarme llevar por moby y su porcelain, novio, landing, why does mi heart feel so bad, in this world... y un largo etcétera de canciones-sensaciones del que está formado el universo chill out.
Todo un descubrimiento al servicio de mi cordura.
Como cualquier ser humano, una tiene sus manías y obsesiones. Esas pequeñas cosas, o no tan pequeñas, que en manos de cualquier psicoanalista que se precie se mostrarían como un auténtico problema psicológico a tratar en un diván y que para la pobre redactora de estas reflexiones constituiría un suicidio de su cuenta corriente o cartera si le hiciera caso a ese psicoanalista, se convierten en una catársis donde liberar la mente.
El caso es, y siguiendo con el tema que nos ocupa, que una de mis manías es analizar cada una de las canciones que escucho y descubrir que quiso decir el autor con ellas. Supongo que es una forma de desconexión que tiene mi subconsciente, me explico.
Como habitualmente paso el día analizando problemas y dando soluciones (en eso consiste mi trabajo), el analizar algo sin ningún tipo de motivo salvo por la simple curiosidad de saber el por qué, constituye una fuente de liberación para mi subconsciente, digo yo, aunque eso lo sabría decir mejor mi psicoanalista, ese que no tengo ni espero tener.
Eso es lo que me ocurre con la música... me encanta descubrir que se esconde tras unas letras que ha escrito otra persona. ¿Qué recuerdos puede traernos una canción? ¿Qué nos evoca un estribillo?. Un ejemplo: Beds are burning de Midnight Oil. Música de los años 90, cuando todavía era una niña y que por una razón u otra se fijó en mi retina a través de lo que entonces se denominaba la cultura del vídeo musical. Esta canción me traslada a un mundo desértico y árido, de olor a gasolina, decisiones equivocadas y hechos aceptados. El estribillo rompe el ritmo dándole el punto de pasión y erotismo que necesita para convertirse en una gran canción
How can we dance when our earth is turning
How do we sleep while our beds are burning
A mi me evoca a unos futuros amantes entre los que existe una gran atracción, entre los que tarde o temprano saltarán chispas. A vosotr@s?
Un consejo... Dave Gahan... I need you, Hold on... muy sugerente...
Día tras día, nuestra vida depende en gran manera de las decisiones que tomamos a cada minuto que pasa. Pero si tanto depende nuestra vida de lo que nosotros mismos elegimos, ¿por qué nos cuesta tanto tomar un camino u otro?.
Un domingo más, me encuentro ante una encrucijada, ¿tomar una decisión, me lleve a donde me lleve el camino? o bien esperar. Si espero tal vez la maleza y el tiempo desdibuje la senda que tan claramente está marcada pero si decido adentrarme por el camino, tal vel el fantasma del rechazo me atrape y me haga perderme y caerme entre las piedras.
La decisión es: ¿dejar morir mis deseos y la ilusión o arriesgarme a sufrir?
Como creo que soy masoca, elegiré la segunda...
¿Cuántas veces hemos visto la noche como algo mágico a lo largo de nuestras vidas? A todos nos atrae ese componente misterioso que nos hace pensar que todo es posible en la oscuridad, perturbada exclusivamente por la luz de la luna y las luces que iluminan el camino de regreso a casa de los noctámbulos rozando el amanecer.
¿Cuántas veces hemos deseado que no se terminara? Sin duda tantas veces como deseos materializamos en los sueños que vivimos a su amparo y cobijo.
Cuando uno no puede dormir, esa magia desaparece. La noche se vuelve breve, agónica, desesperante con el tic tac del despertador que anuncia que ya queda un segundo menos para las siete de la mañana, ese tic tac que parece disfrutar de nuestra desgracia, que parece decir que el sueño no llega y no dormiremos lo suficiente...
Dentro de menos de cinco horas descargaré sobre el despertador todas mis frustraciones y todo por recordarme, que ya es hora de levantarme y empezar un nuevo día, que quien sabe, tal vez sea el mejor de mi vida.
¡Cómo si el pobre tuviera la culpa de que yo padezca insomnio!
Estrellas doradas de ilusiones
que despiertan los sentidos
se dibujan en la noche,
mágica y perversa,
dulce y amarga,
donde los amantes
pintan sus deseos e ilusiones
en el negro firmamento de los sueños,
donde la vida escapa
y la ilusión duerme.
Abre los ojos y despierta
Nada queda ya tras el silencio del tiempo,
las ilusiones quebradas,
el llanto roto...
las lagrimas perdidas...
solo el recuerdo del pasado
doloroso y dulce
hermoso y cruel,
hiriente...
donde la ilusión perdura
y el amor subsiste
bajo el hielo del dolor
y la espada de la melancolia
A menudo me he preguntado quién soy. Cuando parece que mi vida toma un rumbo en el que los acontecimientos van a seguir un orden ya establecido, siempre aparece algún imprevisto que me obliga a dar marcha atrás y replantearme todos mis planes futuros. ¿Será que estamos a merced de un orden superior?. La aleatoriedad en la que vivimos inmersos me hace preguntarme si soy fruto del destino en el que no creo o simplemente somos peones en un tablero en el que los jugadores son otros.