Día tras día, nuestra vida depende en gran manera de las decisiones que tomamos a cada minuto que pasa. Pero si tanto depende nuestra vida de lo que nosotros mismos elegimos, ¿por qué nos cuesta tanto tomar un camino u otro?.
Un domingo más, me encuentro ante una encrucijada, ¿tomar una decisión, me lleve a donde me lleve el camino? o bien esperar. Si espero tal vez la maleza y el tiempo desdibuje la senda que tan claramente está marcada pero si decido adentrarme por el camino, tal vel el fantasma del rechazo me atrape y me haga perderme y caerme entre las piedras.
La decisión es: ¿dejar morir mis deseos y la ilusión o arriesgarme a sufrir?
Como creo que soy masoca, elegiré la segunda...
Escrito por Vir a las Febrero 8, 2004 05:30 PM