Que la vida no es justa es algo que ya todos sabemos. Pero hay quien sigue a Cory Doctorow y aprende a realizar hacks vitales para arreglar, en lo posible, el desaguisado.
Danny O’Brien es una de esas personas que ha utilizado la Red para intentar cambiar el mundo en que vive. En la entrevista que le han hecho habla de sus proyectos, como el clásico Need to Know o su blog personal Oblomovka, y cuenta que "los hacks son muchas veces una forma de atajar un sistema aparentemente complejo de una forma sencilla aunque no obvia. Y para muchas personas, la vida moderna no es más que un problema increiblemente complejo carente de una buena y lógica solución. Pero podemos tantear por sus límites, podemos emplear pequeños atajos. Y una vez que compruebas cómo todo el mundo lo hace, cuando lo tienes claro, es sencillo reunir un buen conjunto de comportamientos comunes que te sean útiles".
Esos pequeños cambios de rumbo que hacen que desaparezcan los obstáculos insalvables.
Una de las colaboraciones que realiza Danny O'Brien la efectúa en la nueva revista de O'Reilly, Make, cuyo número 1 ya se encuentra a la venta.
Make se define como "la primera revista consagrada a proyectos digitales, hacks de hardware e inspiración por el bricolaje", tratando temas como los dorkbots y feralbots, la fotografía aérea usando cometas, los vehículos solares, lectores de bandas magnéticas, entre otros muchos temas.
La vida, como cualquiera de las situaciones sobre las que tenemos control, puede hacerse más llevadera, y disfrutar en el intento. Que así sea.
Saludos
Los blogueros están sufriendo los intentos de ser controlados en los EE.UU. en relación a una presunta obligatoriedad de descubrir las fuentes de los posts que cuelgan o, al contrario, están cubiertos por la 1ª enmienda de su Constitución. La EFF ha metido baza legal y ha salido en defensa de la libertad de expresión de los blogueros.
De hecho, cada vez más politicos utilizan la blogosfera para dar a conocer su opinión de forma directa y no tener que pasar por los mediatizados canales mediáticos.
Aunque, por otro lado, siempre habrá gente que voluntariamente ceda en su libertad y se implante etiquetas traceables para no tener que sufrir el incordio que supone, por ejemplo, tener que sacar la llave para abrir la puerta.
Saludos