La otra conclusión a la que arribé es que los roles que los adolescentes asumen en la web se trasladan a los distintos ámbitos de la vida. Por lo tanto, internet es formadora de personalidades e identidades.
Los chicos que se entretienen con juegos en red tales como Counter Strike, Medal of honor, Diablos II, etc., en general, lo hacen entre conocidos lo que, además de consolidarse aún más la relación existente, posibilita que cada persona asuma "papeles" en esos juegos. Lo curiosos de esto es que esos roles asumidos a partir de las aptitudes que cada uno tiene para actuar en esos juegos se traslada a otros ámbitos de la vida que no han podido conquistar por otros medios.
Así, chicos que en su entorno tenían un papel pasivo, pueden ser excelentes jugadores, llegando a convertirse en los mejores dentro de su grupo de amigos. Esa situación puede llevar a ese adolescente sumiso a ser el líder de su grupo (más allá de la red), estableciéndose, de este modo, un completo cambio de roles dentro del entorno.
Potencialmente, esta buena aptitud devenida en liderazgo implica un aumento del autoestima del chico lo que provocaría una nueva instancia de construcción de la personalidad ya que se da en una edad en la que se lleva a cabo tal procedimiento.
Sin embargo, la utilización de estos juegos no sólo afecta la formación de la personalidad, sino también, la formación de la identidad porque cuando los adolescentes juegaan utilizan un nick o apodo. Con el transcurso del tiempo, este nick (que en la mayoría de los casos son emblemáticos de esta nueva era, por ejemplo: gorkamorka, shimonka, darklight, etc.) sustituye al nombre en el trato cotidiano con sus amigos, perdiendo parte de la identidad que llevan consigo desde los primeros días de vida y adoptando una nueva, que tiene que ver no sólo con la virtualidad, sino también, con los superpoderes, la extensión de las facultades humanas, la aniquilación de los enemigos, en resumen: la canalización de la violencia propia del ser humano, tal como lo dijera Nietzsche o Freud, en su obra "El malestar de la cultura".